El Papa Francisco, que fue durante unos años profesor de literatura, ha lamentado este lunes la pobreza de vocabulario de muchos jóvenes, al recibir en una audiencia privada al director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha; el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva; el académico Francisco Rico y a Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga, embajador de España ante la Santa Sede.

Regalaron al Pontífice una edición de El Quijote del Instituto Cervantes, versión dirigida por el profesor Rico y publicada en la colección Biblioteca Clásica de la Real Academia Española con motivo del IV Centenario del fallecimiento de Miguel de Cervantes.

El director del Instituto Cervantes ha contado al Papa el motivo de la visita, según recoge Rocío Lancho en la agencia Zenit. “Nos parecía que en los 400 años del fallecimiento de Cervantes, (…) recordando al ‘viejo’ profesor de Literatura que él había sido cuando era maestro de los jesuitas, lo más adecuado era ofrecerle una edición que es la edición de referencia, de estudio, que en realidad constituye una enciclopedia de El Quijote y al mismo tiempo rescata la voz de Cervantes, todo a lo largo de la novela, de adiciones y supresiones que hicieron los impresores”, ha explicado.



Por su parte, el Santo Padre les ha contado que siendo estudiante de la escuela media de ciencias, leían El Quijote íntegro. Después ha lamentado que los estudiantes actuales de enseñanzas medias no tengan un léxico "de más de 500 palabras", según dijo.

Por otro lado, el profesor Rico ha aprovechado el encuentro para sugerirle al Santo Padre que hable de Cervantes en la oración del ángelus. A lo que el Papa ha contestado “buena idea”.

Darío Villanueva ha contado que notaron al Pontífice preocupado por la “pobreza léxica” de los estudiantes de su país y por eso al entregarle el ‘Diccionario de Autoridades’ le indicó que “la versión en línea de nuestro diccionario obtuvo el pasado mes de marzo 71,2 millones de consultas, de manera que no todo está perdido”, es decir, “mucha gente a través de las tabletas, de los teléfonos móviles, computadores y ordenadores están muy interesados por ampliar su léxico”. Hemos notado –ha añadido– que el Santo Padre recuerda esa etapa suya como profesor con verdadera nostalgia.

La idea de entregarle al Pontífice una copia de la más célebre obra de la literatura española fue del profesor Rico a raíz de una entrevista en la que Francisco hablaba de su relación con Borges y de la enseñanza de escritura creativa a sus alumnos. Y así –precisa Víctor García– gracias a la gestión del embajador de España ante la Santa Sede se ha celebrado esta audiencia relevante, en la que el Papa se ha mostrado muy distendido y sin prisa alguna.