En el mes de julio el Papa Francisco no celebró las habituales audiencias públicas con catequesis de cada miércoles, pero las ha retomado a partir de este 4 de agosto y lo ha hecho en el Aula Pablo VI con una catequesis sobre la carta de San Pablo a los Gálatas.

Francisco ha recordado que San Pablo era un hombre “entusiasta” con la misión de evangelizar. “Parece que no ve otra cosa que esta misión que el Señor le ha encomendado. Todo en él está dedicado a este anuncio, y no posee otro interés que no sea el Evangelio”, señala el Pontífice. “El amor, el interés y el trabajo de Pablo es anunciar”, hacer conocer el mensaje de Cristo y el Evangelio.

“Pablo no piensa en los “cuatro evangelios”, como es espontáneo para nosotros. De hecho, mientras está enviando esta Carta, ninguno de los cuatro evangelios ha sido escrito todavía”, comenta Francisco.

[Efectivamente, la Carta a los Gálatas se escribió entre el año 50 y el 56 d.C., mientras que el evangelio de Marcos, el más antiguo, probablemente es del año 65 o algo posterior].

Cuando Pablo habla de que él predica el Evangelio se refiere, dice el Papa, "al kerygma, el anuncio de la muerte y resurrección de Jesús como fuente de la salvación”. Un Evangelio que se expresa con cuatro verbos: «que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas: “Este es el anuncio de Pablo, el anuncio que nos da vida a todos” agrega el Papa.

Pablo está preocupado porque los gálatas, cristianos noveles, parecen abiertos a escuchar a predicadores de "otro evangelio".

Todavía son principiantes y su desorientación es comprensible”, dice el Papa Francisco. “No conocen todavía la complejidad de la Ley mosaica y el entusiasmo en el abrazar la fe en Cristo les empuja a escuchar a los nuevos predicadores”.

Ante esto, Francisco proclama con fuerza: “el Evangelio es solo uno y es el que Pablo ha anunciado; no puede existir otro”.

Hoy, como en el siglo primero, “o recibes el Evangelio tal como es, tal como ha sido proclamado, o recibes cualquier otra cosa” dice el Papa, “pero no se puede negociar con el Evangelio, no se puede transigir, la fe en Jesús no es moneda de cambio: es salvación, es encuentro, es redención. No se vende barato”.

Los gálatas, distraídos por otros predicadores, incluso empezaron a sospechar que San Pablo era "poco ortodoxo con respecto a la tradición". Pero la novedad del Evangelio, dice el Papa Francisco, "es una novedad radical, no es una novedad pasajera: no hay evangelios "de moda".

En todas las épocas los cristianos han de evitar el "laberinto de las buenas intenciones", dijo el Papa. Y puso el ejemplo de movimientos que no anuncian el Evangelio completo.

Vemos hoy algunos movimientos que predican el Evangelio a su manera, a veces con sus verdaderos carismas; pero luego exageran y reducen todo el Evangelio al "movimiento". Y esto no es el Evangelio de Cristo: es el evangelio del fundador, de la fundadora”, advirtió.

Saludos en español

Al final de la audiencia, el Papa proclamó saludos en varios idiomas. En español dijo:

Queridos hermanos y hermanas: Este pasaje de la Carta a los Gálatas nos descubre que san Pablo entiende su vida como una llamada a evangelizar, misión a la que se dedica con todas sus fuerzas. Para el Apóstol el Evangelio es el Kerygma, es decir, el anuncio de la muerte y resurrección de Cristo, misterio pascual en el que Dios cumple sus promesas a Israel y ofrece la salvación a todos los hombres. Acogiendo el Evangelio nos reconciliamos con Dios nuestro Padre, nos convertimos en hijos suyos y herederos de la vida eterna.

Por eso, cuando Pablo ve que la comunidad de los Gálatas corre el peligro de dar oídos a falsos predicadores y desviarse del camino de la fe, los invita a permanecer fieles al único Evangelio, que no es observancia de la ley, sino configuración con la Persona de Jesucristo, que nos libra de la muerte y del pecado.

Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. Pidamos al Señor que nos conceda la gracia de perseverar en el seguimiento del Señor Jesús, para que nuestra vida sea, a los ojos de nuestros hermanos y hermanas, un testimonio gozoso del amor de Dios por toda la humanidad. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.