Inmatriculaciones. Nos comentan que el Gobierno de Pedro Sánchez lucha por recuperar de la perfidia católica la catedral de Zaragoza y nos quedamos tan anchos.

Sí, lo han oído bien: ¿de quién es propiedad una catedral? ¿De la Iglesia? No, del Gobierno. Las catedrales fueron construidas con donaciones privadas, con limosnas, como casi todo en la Iglesia, y han subsistido gracias a los cuidados de la Iglesia y al uso que le ha dado la Iglesia. Y si el Estado ha colaborado en su sostenimiento ha sido porque le convenía. Ejemplo: ¿qué les enseñamos a los turistas? En su mayor parte, arte católico.

Pero ahora resulta que las catedrales son propiedad estatal y la pérfida Iglesia intenta hacerse con ellas mediante la trampa de las inmatriculaciones. Así cuentan algunos la historia.

¿Nos hemos vuelto todos locos? ¿De quién puñetas va a ser una catedral católica si no es de los católicos y de la Iglesia católica? Simplemente se modificó la legislación y la Iglesia se vio obligada a inscribir en un registro la titularidad de sus propiedades. ¿Y qué?

Pues no, con gran entusiasmo los medios secundamos la nueva desamortización, léase el nuevo robo del Gobierno a la Iglesia.

Publicado en Hispanidad.