En un auténtico alarde propagandístico carente de base científica –que es la estrategia del laicismo español– se difundió en los medios una vez más una información mendaz, cual fue la de que el cardenal Osoro dijo que la Virgen María iría a la huelga del 8M…
 
A juzgar por la coincidencia de la expresión referida en distintas fuentes, las palabras del cardenal Osoro, en un contexto dado, según Europa Press fueron las siguientes: "Lo comprendo, claro [que las mujeres hagan huelga el 8 de marzo]. Hay que defender sus derechos. Lo haría también, lo hace también de hecho, la Santísima Virgen María".
 
Al margen de que se podría haber dicho lo mismo de algún otro modo, cuando uno sale de un acto de presentación de un libro y es abordado por un conjunto de periodistas, no está en una mesa redonda en la que se puede explicar, matizar, terminar los contenidos. Para cualquier católico u hombre de buena voluntad, a la pregunta "¿Y qué derechos defiende la Virgen María?" no le sería muy difícil contestar: “Los mismos que defiende su Iglesia”. El primero de todos es el derecho a vivir, que no se consigue fomentando el aborto libre y gratuito, principal causa de muerte de mujeres en España. El cómo se puede estar “defendiendo a la mujer” al tiempo que impidiendo que viva sólo es explicable si se admite que no se conoce científicamente la realidad de la que se está hablando.
 
Otros derechos, o mejor dicho dones, que en mi opinión la Iglesia sigue ofreciendo la posibilidad de experimentar en Cristo a todas las mujeres, y que se encarnaron en la Virgen María, fueron los de ser esposa, virgen y madre, algo que, evidentemente, no se encontraba incluido en la mayor parte de los contenidos de los manifiestos sobre el 8M publicados hasta ahora.
 
Por otra parte, el fenómeno del feminismo es plural, y no sólo existe el feminismo de género. También es evidente que los feminismos, o al menos algunos de ellos, no son coincidentes sino antagónicos. Esto lo dice la ciencia, pero también algunas mujeres que se desalinearon de la convocatoria, haciendo un manifiesto bastante más parecido a la realidad que yo he vivido en mi casa, y en la que he sido educado por mis padres y por la Iglesia católica. Me estoy refiriendo a Manifiesto Alternativo.
 
Tengamos cuidado con creer a pies juntillas lo que dicen los laicistas que es la Iglesia, o lo que dicen que han dicho nuestros pastores. Seamos prudentes como serpientes, y sencillos como palomas, y aceptemos que cuando nosotros decimos paz, ellos dicen guerra.