Así de repente, sin avisar, has abierto tus alas y has emprendido tu último vuelo. Esta vez el destino ha sido al Cielo.

Has dejado en tierra a tu piloto, Alberto, tu esposo, tu compañero de viaje en esta vida, a tus hijos, nietos, familiares y amigos. Has dejado a España y al Vaticano huérfanos de tu voz, de tu sonrisa y de tu alegría. 

Todo el mundo te quería y te respetaba; prueba de ello han sido las innumerables muestras de dolor y las palabras de cariño que desde todos los ámbitos han hecho sobre tu persona, ni una voz discordante; algo muy difícil, por no decir imposible de lograr en esta sociedad que vivimos. 

Amiga de tus amigos, amiga y fiel a la Iglesia, cariñosa, cercana, extraordinaria comunicadora, gracias a ti todos hemos viajado y compartido los viajes con el Papa, como si fuéramos en el avión contigo. Escuchar tus relatos nos hacía sentir la sensación de vivirlos. Has sido única y serás irrepetible.

Para ti Toledo era algo especial, siempre lo decías y siempre lo demostrabas. Tus raíces toledanas siempre las llevabas en el corazón. Cuántos recuerdos, Paloma, en Toledo y en Roma, en tu casa o en la mía. Era imposible ir a Roma a un hotel, te enfadabas siempre. Has tenido tu casa abierta para todos y, lo más importante, tu corazón, pues todo, todo lo hacías de corazón.

Siempre acudías a mis llamadas, siempre colaborabas de forma desinteresada con Cáritas Toledo o con Cáritas Regional de Castilla- La Mancha. ¿Recuerdas que en Guadalajara todo el mundo quería estar contigo? Ibas a venir a Sonseca, me llamaste desde el hospital para decirme que les avisara de que no podrías ir. Tú pensabas que era en marzo, y al decirte yo que era en mayo, tu respuesta fue rápida: no les digas nada, para esa fecha ya estoy bien. Tú no sabías decir a nadie que no.

Tu último SÍ fue a la Esclavitud de la Virgen del Sagrario, el 28 de octubre, hace sólo cinco meses. Nos regalaste tu presencia con Luis y Antonio en un magnífico concierto en la catedral primada sobre Santa Teresa y la Virgen María. Más de seiscientas personas recuerdan ese día, y gracias a vosotros recaudamos fondos para ayudar a la población infantil víctima de la guerra en Siria a través de Cáritas. Ya estábamos pensando en otro concierto para este año, ¿recuerdas?, pero ayer me decían Luis y Antonio que lo harán en tu memoria.

Nos dejas un vacío imposible de llenar. Seguro que la misma tristeza que nos dejas es la inmensa alegría que hoy hay en el Cielo.

Me imagino esperándote en el Cielo a San Juan Pablo II, no el Papa amigo, sino tu amigo el Papa, al que tanto querías y que tanto te quería, y a Madre Teresa, tu otra amiga.

Y conociéndote seguro que estarás ya con el micrófono en mano, hablando con la Virgen para que te consiga una entrevista con Jesús y diciendo que sí a todos los que te pidan alguna cosa.

Paloma, has sido y siempre serás la voz del Vaticano y de la iglesia en España, y ahora serás la voz de España y del mundo en el Cielo. Seguro que velarás por todos para que nuestro mundo cambie, para que finalicen las guerras y lleguemos a ser todos más justos y solidarios.

Sabías lo mucho que te quería y yo sabía también lo mucho que me querías tú como tantas veces me has demostrado. Siempre has estado a mi lado y seguro que ahora desde el Cielo velarás por mí aún mejor.

Con el corazón roto de dolor, no te digo adiós, porque es imposible poder olvidarte. Gracias, gracias Paloma por haber compartido mi vida desde la niñez y haberme enseñado tanto.

Marisa Martínez Moreno fue directora de Caritas Diocesana de Toledo y es presidenta de la Esclavitud de Nuestra Señora del Sagrario de Toledo.