Frente a un proyecto tan contrario al sentido común moral y político como es el de la legalización irrestricta del aborto, el laicado argentino está respondiendo saludablemente en defensa del orden natural y cristiano sobre el que, también hoy, sigue edificada la República Argentina.

Lo cierto es que, sin perder de vista la victoria pírrica de los diputados –incluidos algunos católicos– que claudicaron ante la tiranía del pensamiento único “políticamente correcto”, el laicado argentino mostró, y deberá hacerlo cada vez más, un sólido y valiente compromiso en la vida política nacional y sin esperar un mandato de la jerarquía eclesiástica.

Dije que los que claudicaron ante la tiranía del pensamiento único “políticamente correcto” obtuvieron una victoria pírrica. Me explico. Aun contando con buena parte del “aparato” mediático y financiero, no son tan fuertes como se promocionan en los medios masivos de comunicación. Esta situación debe tenerse en cuenta para mantener y acrecentar la esperanza política. Al fin de cuentas, el sentido común patriótico se hizo presente tanto en diputados católicos coherentes como en diputados que no son católicos y que comparten, entre sí, un sincero y valiente empeño en consolidar y defender el orden constitucional argentino.

El lema Salvermos las 2 vidas resume, de alguna manera, ese afán de concordia política que todavía tenemos los argentinos, lejos de esa mentalidad dialéctica que se alimenta de contradicciones y que no soluciona ningún problema porque, entonces, se quedaría sin qué comer. El laicado argentino, en el fortalecimiento de la República y asociados a tantos hombres de buena voluntad con los que comparte un profundo amor a nuestra Patria, debe ser el principal protagonista en el cuidado y defensa de las mamás y de sus hijos.

No esperemos un mandato para fortalecer la vida política argentina según el orden natural y cristiano. Se trata de una obligación de estado de la que no podemos excusarnos.

Hagámoslo, y sin retrasos, por el bien de  todos los argentinos.

¡Salvemos las 2 vidas!