Salvatore Martínez, laico italiano, está al frente de la Renovación en el Espíritu Santo (www.rns-italia.it), una asociación privada de fieles que coordina a unos 1.900 grupos de oración de la Renovación Carismática en Italia. Desde finales de los años 90 acude cada año a docenas de encuentros de evangelización por todo el mundo, es miembro del Pontificio Consejo de la Nueva Evangelización que creó Benedicto XVI y reflexiona recientemente sobre la situación de los jóvenes en Occidente. 

Ha participado en el Congreso  "Confesión, jóvenes, fe, discernimiento vocacional" organizado el 26 y 27 de abril por la Penitenciaría Apostólica Vaticana.

Preguntado por Mireia Bonilla, de VaticanNews, Salvatore Martínez ha señalado 4 problemas de los jóvenes de hoy (quizá centrándose en Occidente): 

es decir, “la oportunidad de tener manera de vivir y manera de construir una familia y un futuro”.

“Hay una moral anticristiana, una moral pagana que va a ser siempre más fuerte en los corazones de los jóvenes”; por eso, continúa, “no es fácil proclamar a Jesús y su evangelio en la vida juvenil”. 

con familias débiles, “no se va a generar vida” y los jóvenes quieren “familia, comunidad, fraternidad y relaciones”. 

“Se necesita un compromiso social, un compromiso político y nuevos modelos de líderes”; los jóvenes no tienen políticos modélicos o ejemplares a los que imitar, “no tienen referencias, no tienen testigos que les puedan impulsar en esta capacidad”.

Sobre las dificultades para evangelizar, ve algunas que son de siempre, de todas las épocas: "Son la oposición al evangelio de Cristo, al Espíritu Santo, al Cuerpo de Cristo (que es la Iglesia), a una moral católica y a ser laicos cristianos encarnados en la historia”.

Y ve un reto novedoso, que no se dio nunca antes: el mundo de las redes sociales, de Internet. Es “un mundo que decimos virtual pero que va a ser real” y que al no existir en otros siglos es “una inédita representación de la realidad”. 



Esto genera “nuevas oportunidades y problemas”. Los cristianos deben examinarlo con sus preguntas clásicas: "¿Dónde está Cristo?, ¿Dónde está el Espíritu de Cristo y que podemos hacer como comunidad cristiana?"

“El Papa Francisco quiere que la fe se pueda encarnar como expresión de misericordia y se pueda encarnar como sociedad en la vida de la gente” explica Martínez, “pero muchos jóvenes no tienen el impulso para hacer esto y es una gran frustración porque quieren ser protagonistas de la historia”. 

Así, el Sínodo de los Jóvenes de 2018 deberá reflexionar sobre como dar este impulso a los jóvenes.