"Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos", dijo Jesús a sus discípulos. Hay algo en los niños que lleva al Cielo, algo que resuena en sus risas, su alegría y sus ganas de divertirse y disfrutar. Y también en su curiosidad y sus preguntas.

Los catequistas del mundo entero tienen experiencia de que los niños les hagan preguntas o comentarios desconcertantes sobre las cosas de Dios, y no siempre es fácil responder. Algunas se convierten en chistes. 

José Luis Rubio, autor de "100 chistes con la gracia de Dios", ha recopilado estos chistes, incluyendo algunos que tienen a los niños y sus preguntas como protagonistas. 

"Casi todos los chistes de contenido religioso suelen ser ofensivos, groseros, vulgares e incluso blasfemos", lamenta el autor. "Harto de ello quise recopilar y contar a mi manera chistes religiosos que no tuvieran ese carácter, sino que pudieran ser contados y escuchados por cualquier creyente. Cada uno que los use como crea conveniente", explicaba en ReL el autor del librito. 

Si nuestro párroco o catequista es muy aburrido, quizá le podemos regalar este libro y pedir que use los chistes en sus catequesis, charlas o sermones.
 


A modo de ejemplo, reproducimos aquí 7 de esos 100 chistes en los que participan niños.


En la catequesis de niños el catequista pregunta:
- A ver, niños, ¿quién quiere ir al cielo?
Todos levantan la mano entusiasmados, excepto uno.
El catequista pregunta:
- Pero, ¿cómo?, ¿no quieres ir al Cielo?
- No es eso, es que mi mamá me dijo que en cuanto terminara la catequesis me fuera derechito a casa.


En la catequesis:
- Juanito, ¿dónde nació Jesús?
- ¿Pero cómo es posible que usted no lo sepa?


En la catequesis de niños están hablando del tema del miedo. El catequista pregunta:
- ¿Alguno de vosotros tiene miedo a algo?
- Sí, yo -responde uno de los niños. - Le tengo mucho miedo al Malamén.
- ¿El Malamén? ¿Y eso que es?
- Pues la verdad es que no lo sé, pero tiene que ser algo terrible porque mi mamá cuando reza siempre termina diciendo "y líbranos del Malamén".




Un niño llega a casa y le dice a su madre:
- Mamá, mamá, ¿me ayudas a buscar una hormiga para matarla?
- Pero, hijo, ¿por qué quieres matar una hormiga?
- Es que nos han dicho en catequesis que tenemos que hacer un pequeño sacrificio...


- Mamá, yo no voy a ir a misa hoy. Me estoy haciendo mayor y ya no estoy para esas cosas.
- Pues me viene muy bien. Mientras tus hermanos y yo estamos en misa recoge la casa, haz las camas, barre, friega los platos tiende y plancha la ropa...
- Esto... ¡que alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señooooor!


Un cura rural va por la calle del pueblo a un niño pequeño que lleva de la cuerda a duras penas a un enorme toro.
- Hija mía, ¿dónde vas con ese animal?
- Lo llevo a casa de mi tío Aurelio, para que monte a la vaca.
- ¿Pero eso no lo puede hacer tu padre?
- Pues claro que no, señor cura, qué cosas dice. Eso lo tiene que hacer el toro. 


En la catequesis de niños el catequista pregunta:
- ¿Alguien sabe cómo mató David a Goliat?
- ¡Con una moto! - responde uno de los niños.
- ¿Pero es que no sabes que lo mató con una honda?
- Ah, perdón, no sabía que tenía que decir la marca. 

Más chistes divertidos en "100 chistes con la gracia de Dios".

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