“Resucito, que me crucifican pues yo resucito, yo morí por ti y todos tus amigos”… Este estribillo ha sonado todos estos días en las principales emisoras musicales y ha sido publicado en los principales diarios de todo el mundo. Europa FM, los 40, La Sexta, Antena 3, El País, La Vanguardia...todos los grandes medios se han hecho eco de “Resucito”, la ya conocida versión católica de “Despacito”, el éxito mundial de Luis Fonsi, que han realizado tres jóvenes madrileños y que sin pretenderlo se ha convertido en un fenómeno viral.

Guille, Edu y Luisto tuvieron la idea de versionar la canción del momento para darle un toque cristiano y Pascual de cara a la fiesta de la resurrección y tras subir la grabación a Youtube el pasado 17 de abril ya tiene más 1,2 millones de visitas llegadas de toda España y Latinoamérica. En si misma, esta canción se ha convertido también en un hit mundial que ha llegado a decenas de miles de jóvenes alejados de la Iglesia.


Aunque en realidad el objetivo de esta versión era más íntima y familiar. Así lo ha explicado a Religión en Libertad Guille, el guitarrista que aparece sentado en la parte trasera del vehículo. “Para nada imaginábamos este fenómeno. La idea original era grabar un vídeo para nuestra comunidad de amigos de Cursillos de Cristiandad y nos hemos encontrado con este boom”.

Precisamente, la idea de grabar Resucito surgió en la Pascua que celebran los jóvenes de este movimiento. Hace dos años ya se hizo un vídeo con la entonces canción del momento y “surgió la idea –explica Guille-  de hacer un homenaje a ese momento con otro vídeo de una canción famosa”.




“Todo iba enfocado a una vigilia de actuaciones que hacemos tras la Vigilia Pascual. Entonces se le ocurrió a mi hermano (Edu) el estribillo durante el descanso y a partir de ahí construimos la letra”, explica este joven madrileño.

Ante el fenómeno mediático que ha rodeado a esta versión, Guille cuenta a ReL que “estamos recibiendo mensajes de gente no creyente e incluso ateos convencidos que nos están felicitando y alucinando con el mensaje que mandamos porque no es nada usual dentro de la sociedad en la que estamos”.


Estos jóvenes insisten en que la canción no tiene otro sentido que ser “una alabanza a Dios” por lo que se muestran muy contentos de que pueda servir para evangelizar o para por lo menos hacer presente el mensaje de la Pascua en ambientes descristianizados.

Guille defiende de esta manera que se pueda ser católico y moderno. “Es lo que debemos ser. Estamos en el mundo y nuestro carisma de Cursillos nos insta a transportar esta alegría del Resucitado al mundo. Es casi obligatorio ser moderno, feliz y católico”, asegura este joven.

En su opinión, un “católico aburrido” no atrae y su objetivo pasa por atraer a muchos a la Iglesia por lo que el vídeo “va al final un poco en esa línea”.


Por ello, dirigiéndose a todos aquellos jóvenes no creyentes que han visto esta versión cristiana de la canción les llama a “romper con los prejuicios sobre la Iglesia y los católicos”.


Estos tres jóvenes viven su fe sin complejos y sin miedo 

“Como jóvenes –añade Guille- nos vemos casi en el deber de mostrar que ser católicos es una alegría inmensa y que se puede vivir la fe dentro del mundo siendo un joven normal y teniendo a Cristo en medio de nuestras vidas. Y esto aporta una libertad y una felicidad incomparables”.


Apuestan por la atracción como forma de evangelización. La clave es que los alejados miren a los creyentes y se pregunten: “¿por qué este chaval es diferente?, ¿qué tiene de especial para ser tan feliz? Que tengo a Cristo en mi vida”.

Aún no han salido del shock de sin querer ser creadores de este fenómeno viral  y aunque no tienen planeado nada “es una posibilidad aprovechar este boom y utilizar la música para evangelizar”.


Sin embargo, pese a las cientos de miles de visitas y la enorme repercusión que han tenido no les han faltado críticas, tanto desde fuera de la Iglesia como desde dentro.

Guille asegura que agradecen también las críticas negativas pues “es parte de hacer algo evangelizador”. A su juicio. “si gustas a todo el mundo y todo el mundo te aplaude algo estás haciendo mal”.

Y es que ha habido católicos que les han escrito de Latinoamérica acusándoles de romper la “pureza de la música católica” con esta versión de Despacito. “Hemos utilizado esto para transmitir un mensaje de alegría, evangelizar y transmitir la alegría de la Pascua”, responde el que da sonido a la guitarra.

En las redes sociales y en internet se ha producido un fuerte debate sobre la idoneidad de hacer versiones de canciones como la de Luis Fonsi.




Y ante las críticas, un sacerdote youtuber, el padre Sam, ha querido salir en defensa de los tres católicos españoles. Este religioso hondureño considera que “no es justo que unos jóvenes que han querido poner sus dones y ser creativos les lapidemos y critiquemos”. “Desde su realidad han querido aportar algo, evangelizar”, añade.

Por ello, le parece “farisaico” criticar la iniciativa de estos jóvenes afirmando que “han profanado la fe”. Explica que la “canción está hecha a partir de una mundana pero no es una canción para cantar en misa, no es litúrgica, es una idea para llegar a distintas realidades. No es profanar la fe. Es intentar evangelizar desde la trinchera”.