El padre James Mallon, párroco de Saint Benedict en Halifax (Canadá) y autor del libro imprescindible “Una renovación divina” (BAC) ha acudido a Barcelona al congreso “Reforma y Reformas de la Iglesia”, del Ateneo Universitario Sant Pacià, en el Seminario Conciliar, y ha hablado también en las conferencias cuaresmales de la Basílica de la Inmaculada (la Parroquia de la Concepción) en la calle Aragón.  
 

Mallon recibió hace 6 años y medio una parroquia recién creada por la fusión de otras tres, y decidió aplicar allí todas las ideas sobre renovación pastoral y evangelización que había acumulado durante años pero que nunca podía aplicar en destinos anteriores. Hoy, explica, de 1.500 personas que acuden a las misas del fin de semana, 900 (novecientas) están integradas y activamente participando en grupos pequeños, ministerios, servicios y actividades estables en la parroquia. Cuando empezó, tenía solo una persona en plantilla en la parroquia. Ahora tiene 20.
 
Tras un proceso de seis años de renovación (que explica en su libro), los feligreses se sienten corresponsables y copartícipes (no meros colaboradores, detalla él) y en cada fin de semana se recogen 22.000 dólares en las colectas. Cuando dio esta cifra, los 230 asistentes al congreso, muchos de ellos sacerdotes, murmuraron entre escandalizados e incrédulos, como si les hablasen de milagros increíbles, como si cada sábado le creciesen piernas y brazos a los feligreses amputados.


Una renovación divina” (BAC) es uno de los libros imprescindibles sobre la renovación parroquial
 

Las ponencias del padre Mallon en el Seminario Conciliar, ante buena parte del clero barcelonés y catalán y algunas autoridades académicas eclesiales, fueron algo distintas de la que dirigió por la noche a unos 250 feligreses en la Basílica de la Inmaculada. En el Seminario buscaba animar a los pastores a transformar y renovar las estructuras, recordando todas las citas del Magisterio Papal reciente que llaman a la Nueva Evangelización y a la reforma de todo lo que no ayude a esa evangelización (citó a Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco).
 
En la Inmaculada, al ver los rostros de los feligreses, que parecían pedir esperanza y ánimo para una Iglesia diocesana muy debilitada, dejó de lado su ponencia para improvisar durante hora y media una exhortación a la acción, al cambio y a abandonar los viejos métodos que no sirven, exponiendo ejemplos de su parroquia. Insistió en que el protagonismo lo tienen los laicos, que como bautizados están llamados a evangelizar y a poner sus talentos al servicio de Dios.
 
El encuentro en la Inmaculada, ya a las diez de la noche, finalizó con todos los asistentes puestos en pie, con los ojos cerrados y las manos abiertas, pidiendo al Espíritu Santo que renovase su parroquia y que abriese los corazones cerrados y endurecidos y devolviese el ánimo a los cínicos y cansados que han tirado la toalla y han perdido su amor por compartir a Cristo.
 

En el seminario, hablando ante muchos sacerdotes y seminaristas llegados de toda Cataluña (de muy distintas sensibilidades, que no suelen reunirse, como señaló el padre Morlans) , de Valencia, Castilla y León, Cantabria, Canarias y otras regiones, el padre Mallon empezó sus charlas con una invocación al Espíritu santo y dio gracias a los asistentes “por no rendiros, por esta pasión que os da Dios para no ser meros funcionarios, para que empecéis a soñar que puede ser distinto, que se puede invertir en lograr el cambio”.
 
Mallon expone su postura al clero en 4 sesiones con estos 4 temas:

- el magisterio reciente pide hacer Nueva Evangelización y exige cambiar estructuras para ello
- hay obstáculos que bloquean la visión para el cambio: sobre todo el clericalismo y el neopelagianismo
- hay modelos pastorales que logran el cambio: cuando vemos parroquias donde funcionan, nos animamos a intentarlo en las nuestras
- el papel del liderazgo y de los sacerdotes es clave y cambia en el nuevo tipo de parroquia que hace Nueva Evangelización
 
No tengo todas las respuestas… pero las que tengo creo que son mejores que las que se están aplicando en muchos sitios; hace 20 años que soy sacerdote, he aprendido de mis errores y he hablado con mucha gente”, explica Mallon.
 

Cuenta que en su parroquia en Halifax se han creado ya 12 comunidades o grupos de 20 o 30 personas, que cada quince días se reúnen en casas, rezan, cantan canciones de fe, cenan juntos, leen la Biblia, escuchan una charla sobre la fe y perseveran en amistad cristiana. El resto de la semana se aman y ayudan como hermanos. Esto ha nacido solo estos últimos años. Y Mallon no acude a ninguna de estas reuniones. Hay personal de plantilla en la parroquia, laicos, que supervisan a los responsables de estos grupos, también laicos.

 
El padre Mallon ha conseguido con los años crear una comunidad parroquial muy comprometida
 
“No digáis que esto es para estadounidenses. ¡Nosotros somos canadienses! Al principio también me decían los feligreses: somos católicos, no hacemos grupos pequeños que rezan en casas. Ahora les encanta y no pueden dejarlo”, explicó Mallon. Y a los sacerdotes les dice: “No estamos tan lejos, yo me asomo por la ventana, veo el mar, y al otro lado en línea recta sé que está España, la costa de Galicia”.
 

Mallon señala que en los últimos 50 años el Magisterio ha ido afinando su llamada a la evangelización. Desde una “hermenéutica de la continuidad, en la línea de lo continuamente enseñado por la iglesia”, se ha ido diferenciando lo que es evangelización de lo que es catequesis y los Papas han ido adoptando un lenguaje más “personalista”, hablan ya de suscitar la “relación personal” con Cristo o de asumir “personalmente” la fe…
 
Por ejemplo, Juan Pablo II decía “solo con una relación personal con Jesús puede una evangelización eficaz desarrollarse” (en 1992 en L’Osservatore Romano). Y en 1993 decía: “Muchas veces los católicos no han tenido posibilidad de experimentar a Cristo personalmente, no como un paradigma o valor, sino como Señor Viviente”. Y Benedicto XVI afirmaba en una audiencia en septiembre de 2008 septiembre: “Solo en esta relación personal con Cristo, solo en este encuentro con el resucitado, nos hacemos cristianos de verdad”.  
 
“Evangelizar y crecer en santidad se enraíza en el bautismo. Todos los bautizados son co-responsables de evangelizar. Han pasado 50 años desde el Concilio y la mayoría de los católicos aún no entienden esto adecuadamente”, denuncia Mallon.
 

Mallon explica que en Mateo 28, 19-20, Jesús encarga 4 tareas a los cristianos:
1) Id
2) Haced discípulos
3) Bautizadlos
4) Enseñadles los mandamientos
 
“Pues resulta que en ‘ir’ no somos del todo malos, en bautizar somos bastante buenos, sobre todo bautizando niños, de hecho bautizamos a cualquiera; en lo que se refiere a enseñar, no se nos da mal del todo, tenemos escuelas, catequesis… pero al final, como no hacemos discípulos, nada de todo eso sirve y todo se desmorona”, explica Mallon.
 

Mallon explica cómo lograr un ciclo virtuoso (lo contrario del círculo vicioso). Evangelizar, dice, consiste en hacer discípulos, los cuales renuevan la Iglesia (aprenden, después sirven, después dan dinero y tiempo) y después se convierten en apóstoles-enviados, que se dedican a la evangelización, para crear discípulos. Ese es el ciclo. Un misionero es un discípulo que se ha convertido en apóstol.
 
¿Por qué los católicos abandonan la Iglesia para irse a otros grupos? En el documento de los obispos latinos en Aparecida lo plantean en 225-226. “Lo que ha pasado en Latinoamerica esta generación ha sido más significativo que lo que pasó en el s.XVI en Europa… millones que se han hecho evangélicos. ¿Qué ha pasado?” Hay 4 cosas que les atraen a otros grupos según los estudios sociológicos:
 
- la experiencia religiosa: en la iglesia católica no la experimentaban
- la vida comunitaria: en la parroquia católica no la tenían, se sentían solos,
-formación bíblica y doctrinal: para todos, no para unos pocos especialistas como en la parroquia
- en la nueva comunidad se sienten corresponsables y sienten compromiso misionero
 
“Nadie se va por problemas de doctrina, se van por problemas de vivencia; no han encontrado cosas que la Iglesia debería ofrecer porque es su función. ¿Es que las parroquias católicas no deberían ofrecer experiencia religiosa, vida comunitaria real, formación bíblica y doctrinal y participación corresponsable, como hacen otras denominaciones?”, plantea Mallon.
 
¿Cómo hacer esa renovación en las parroquias? Además del libroUna Renovación divina” (BAC), que “es como un testimonio o manifiesto”, Mallon ha publicado en inglés un “Libro guía para la renovación divina: el manual paso a paso para transformar tu parroquia”. El manual promete grandes resultados en 6 años.
 
Para Mallon la renovación empieza evangelizando a adultos y alejados. “Si tienes a los adultos, tendrás a sus niños; si empiezas por los niños, los adultos pueden mantenerse ajenos”, explica. En la charla ante los feligreses de la Basílica de la Inmaculada, propone el buen pastor que deja la 99 ovejas blancas y sale a buscar a la negra, “aunque las blancas se quejarán, protestarán, a mí me protestaban”, o el padre del hijo pródigo, que sale al encuentro del hijo que está lejos, mientras el hijo mayor refunfuña y protesta.


 
“Puedes ir a predicar a la esquina, pero será poco eficaz. Hoy lo eficaz incluye crear lazos, expresar la fe poco a poco, crear amistades… La gente en el pasado se comportaba para pertenecer. Ahora primero hay que pertenecer, sin juicios ni condenas, y poco a poco aprender a comportarse. Cuando empiecen a creer, podrás animarles a comportarse de otra forma. Tenemos que crear comunidades donde los alejados puedan pertenecer y estar mientras aún no se convierten. Una herramienta útil para esto son los Cursos Alpha, donde escuchan el kerigma cada semana durante meses, lentamente.  Allí empiezan a ver “testimonio de vida”, porque la gente escucha más al testigo que al experto”, recuerda.
 
¿Y los parroquianos que no quieran esta nueva parroquia que exige tanta implicación, compromiso, crecimiento? “Hay gente que deja mi parroquia, es triste, pero… tampoco les echamos mucho de menos, solo estaban quejándose y centrados en ellos mismos. Una iglesia llena de egoístas es una parroquia egoísta. La Iglesia es una entidad que existe ¡para los que no son de ellas! La Iglesia es lo contrario de un club, y no debería funcionar como un club, por sus miembros, sino para los que están fuera. ¿Queremos meros consumidores de sacramentos o queremos discípulos intencionales de Jesucristo que cumplen con lo de id, bautizad, enseñad y haced discípulos como Cristo pide?”
 

Neopelagianismo, dijo Mallon, es creer que con un poco más de esfuerzo podemos hacer por nosotros mismos, siendo majos y haciendo cosas, ganarnos puntos con obras para el Cielo. Pero el pelagianismo dificulta el recibir “buenas nuevas” y el convertirse a Jesús Salvador y sanador: crees que no le necesitas. “En catequesis me decían de niño ‘¿cuánto de la misa puedes perderte y que aún te valga?’; esa frase es una variante de cumplimiento pelagiano”.
 
Clericalismo es la apropiación por el clero de lo que es propio de todos los bautizados, a saber, “la santidad y la misión”. Muchos creen que “los católicos de a pie no han de hacer eso”, que es para religiosos. “Y es triste que hoy hay laicos que pueden colocarse en un espacio clerical, y clericalizarse. Un padre quiere que sus hijos crezcan y se independicen… pero el sistema clerical celebra la inmadurez de los bautizados y ni los hace crecer ni hacerse adultos. Los clericales ven la madurez del cristiano como un problema, algo preocupante. Eso es un obstáculo”.
 

Puedes tener el mejor plan y estrategia, pero has de tener en cuenta la realidad de la cultura de tu comunidad, añade Mallon. La cultura es “lo que ves como normal”, lo que valoras, recompensas, son los valores de tu cultura. Una cosa es decir “valoramos la evangelización”, pero en la práctica nuestro valor número uno es “mantengamos los edificios”. Mira en qué gastas el dinero y verás tus verdaderos valores, también en tus facturas familiares. Para renovar la parroquia has de cambiar toda la cultura parroquial y es un proceso lento.
 
A la gente que dice “no necesitamos nada de toda esta renovación, tenemos los sacramentos, los tipos duros pueden ser católicos sin esos grupos, sin esos cambios”, gente que dice eso mientras las parroquias se quedan vacías, el padre Mallon los clasifica como víctimas del “esnobismo espiritual”. No les duele ver tantas ovejas fuera del redil y no quieren cambiar nada para ir a por ellas.
 

Hay diez elementos que se aplican y fomentan en la parroquia del Padre Mallon para lograr el cambio pastoral.
 
- prioridad al fin de semana: la misión de Jesús merece que le dediques tu fin de semana; pero el feligrés aprende a disfrutarlo
- hospitalidad y acogida
- música que eleve e inspire
- homilías bien preparadas y apasionadas, buena predicación con 3 objetivos a decir: qué quieres que sepa la gente, qué quieres que haga, y por qué es importante.
- comunidad significativa (te importa la gente de tu comunidad, te tratas con ellos)
- expectativas claras
- ministerios basados en los puntos fuertes de la gente
- grupos pequeños de hermanos que se conocen (usando Alpha y otras herramientas)
- fomentar las experiencias del Espíritu Santo, “sin miedo a lo que Él quiera hacer, experimentar su poder; de verdad, el emocionalismo es el menor de nuestros problemas… en Alpha la mayoría de los conversos lo son por una experiencia que viven en el fin de semana dedicado al Espíritu santo”.
- una cultura del invitar: cada feligrés invita a más y más personas
 

“Necesitamos tener modelos de parroquias sanas, que lo hacen bien, para imitarlas y ver cómo es una parroquia sana y evangelizadora”, insiste Mallon. A él le inspiró la parroquia origen de Cursos Alpha, Holy Trinity Brompton, en Londres. “Cada 3 meses consiguen crear un nuevo equipo de familias y evangelizadores y lo envían a reavivar parroquias moribundas en la otra punta de Londres. Es la que me inspira a mí, con sus líderes y evangelizadores y varias familias. Por desgracia, para los curas, entre lo importante y lo urgente siempre están volcados en lo urgente. Solo gana lo importante…cuando es ya demasiado tarde. Esto hemos de cambiarlo ya”, anima Mallon.
 
“En mi parroquia hemos hecho unos 30 cursos Alpha, algunos con 200 personas, otros para mayores, en el bar, en el restaurante sushi, en centro cívico, en prisión, y han pasado por ellos miles de personas”, explicó a los feligreses de la calle Aragón. “Parroquianos de toda la vida ¡se han convertido! Un señor de 78 años me decía: fui católico toda la vida, pero he sido cristiano solo estos dos últimos meses. Antes decía oraciones, ahora rezo de verdad'. El 50% de los que hacen Alpha vuelven a la parroquia para incorporarse a grupos. Se transforman vidas, y lo contamos en la parroquia, los dos domingos antes; dedicamos dos homilías a hablar de la misión e ir a buscar discípulos, y alguien sale a dar testimonio en la misa. Los feligreses ven a hijos pródigos hablando de sus experiencias del amor de Dios, del Espíritu Santo, de su sed de ir a la iglesia, de leer la Biblia, de hablar de Jesús, deseo de rezar… “
 

Mallon, ante los feligreses de la Basílica de la Inmaculada, insistió en animar a los titubeantes. “¿Qué estáis dispuestos a hacer para llevar a cabo el cambio? La Iglesia tiene todo lo que necesita para regenerarse; Jesús es el mismo ayer, hoy y siempre, el Espíritu Santo está vivo, la Escritura sigue viva, los sacramentos son reales, el corazón humano tiene sed de Dios; ¡el problema es de organización y estructuras de la Iglesia, no es problema de Dios! Porque estamos más atados a los métodos que a la misión que Cristo nos dio. Es posible cambiar y ser una comunidad sana que da mucho fruto. Miro vuestras caras, veo que venís  con esperanza en el corazón, que deseáis algo bueno para la Iglesia: sois lo único necesario para cambiar la Iglesia. Creo que las cosas sanas dan fruto. Recordemos la promesa: “Recibiréis poder que viene de lo alto y podréis ir hasta los confines de la tierra”. Así podréis cumplir la misión, por la fuerza del Espíritu Santo”.