¿Para qué ir a la iglesia a escuchar un buen sermón, buena música cristiana, un coro potente, orar y charlar un rato con hermanos y parroquianos si todo eso puedo hacerlo desde casa por Internet?

Un cristiano católico o un cristiano ortodoxo puede responder enseguida. Dirá que tiene que ir a la iglesia porque sólo en la parroquia puede comulgar, y sólo allí puede cumplir el mandato de Cristo que dice: “Tomad y comed, este es mi Cuerpo; tomad y bebed,esta es mi Sangre; quien no come mi Cuerpo ni bebe mi Sangre no tendrá vida en él”. He aquí algo que no se puede enviar por Internet. El mandato de la Iglesia Católica de recibir el sacramento de la reconciliación en persona y la obligación de la misa dominical (que no existe en las iglesias protestantes) colaboran en crear una cultura presencial.


Muchos protestantes que no creen en la presencia real de Cristo en la Eucaristía, y que basan su culto en la palabra (sea con himnos, con lecturas bíblicas, predicaciones o alabanza) pueden ver innecesario, con el tiempo, el acudir al templo, porque las palabras circulan cómodamente por Internet y se pueden escuchar desde casa, o el coche, o el móvil en la playa.

Un nuevo estudio realizado por la casa evangélica de sondeos Barna a partir de entrevistas telefónicas en noviembre de 2014 a 601 pastores “senior” en Estados Unidos arroja algunos indicios en este sentido, comparando además con una encuesta similar a otros 600 pastores en el año 2000, al empezar el milenio.

Estas son algunas de las preguntas a los pastores con sus resultados (en negrita, los resultados de 2014, en cursiva y entre corchetes los del año 2000).


- Sin duda: 11% [7%]
- Probablemente: 36% [20%]
- Probablemente no: 34% [44%]
- Seguro que no: 17% [26%]

(Eso significa que casi la mitad de los pastores –sumamos los de “sin duda” y ”probablemente”- creen que en 10 años habrá gente cuya vida religiosa será íntegramente por Internet).


-87% dicen sí en 2014; [78% en el 2000]

-86% dicen sí en 2014; [70% en el 2000]

Hay que tener en cuenta que el 96% de los pastores usa un ordenador en su trabajo en la iglesia y que 4 de cada 10 usa ese ordenador para acceder a Internet ( en el 2000 era sólo uno de cada cuatro).


Los pastores protestantes de Estados Unidos dicen que usan Internet para encontrar información (el 97%), comprar productos (88%; en el 2000 era sólo un 46%), mantener relaciones humanas existentes (80%, en el 2000 eran sólo un 64%), buscar vídeos y música nueva (un 71%, sólo era un 19% en el 2000), tener experiencias religiosas o espirituales (39%; sólo 15% hace quince años)… y uno de cada 10 lo usan además para videojuegos… la misma cantidad de aficionados que al empezar el milenio.


Cuatro de cada diez pastores tienen experiencias religiosas o espirituales por Internet… ¿a qué puede referirse eso?

Por Skype, por ejemplo, es posible orar en grupo con otras personas, realizar un acompañamiento espiritual, dar consejo espiritual acompañado de oración, crear grupos orantes de Biblia…

También es posible orar con vídeos de música cristiana, o descargando o haciendo sonar canciones: no hace falta estar delante de la pantalla del ordenador, basta con que suene el sermón o la canción por los altavoces. Un pastor puede además recomendar versículos o lecturas acompañadas a sus ovejas.



Sketch humorístico de Mr.Bean, que se duerme en la iglesia;
algunos no querrán ir a una iglesia donde "hay pecadores,
que se duermen"; otros no querrán ir a una iglesia donde
"me miran mal porque me duermo";
el individualismo vencerá en ambos casos



Tom y Joani Schultz, autores hace unos años de un libro sobre lo malos que son los sermones en las iglesias (“Why Nobody Learns Much of Anything in Church Anymore”, es decir, "Por qué casi nadie aprende ya nada en la iglesia"), publicaron también, hace un par de años, "Por qué ya nadie quiere ir a la iglesia" (Why Nobody Wants to Go to Church Anymore), basándonse en estudios de ambientes protestantes.

Al final (lo explicamos con detalle aquí en ReL) destacan 4 causas "de fondo" para dejar de ir a la iglesia:

1) Muchos sienten que en las iglesias otras personas les juzgan; o piensan que les van a juzgar, y no quieren sentir que les juzgan

2) La gente reclama el derecho a hablar y ser escuchada; sienten que en la iglesia sólo habla el cura o pastor y que nadie les escucha

3) Mucha gente se aleja de la iglesia, o no se acerca a ella, porque piensa que "los cristianos son unos hipócritas"

4) Muchas personas se alejan de las iglesias porque creen que Dios está "distante", "o muerto", o "es irrelevante"; muchos dicen "no noto a Dios"

Cabe deducir que tendrá éxito un pastor capaz de ofrecer servicios espirituales por Internet donde los feligreses no se sientan juzgados, puedan hablar y ser escuchados, no haya “hipócritas” (es decir, no tengan que tratarse con otros feligreses) y “sienta a Dios” (o al menos algo espiritual).

Más que el pastor de un rebaño sería el “coacher espiritual” de numerosos individuos aislados, a los que atendería por la red. Si algún “feligrés” virtual quiere, podría dar el paso a un grupo presencial… pero no sería necesario. La atención cada vez más personalizada del pastor sería recompensada con un salario personalizado, como sucede con los entrenadores personales.


Por otra parte, si bien parece inevitable que haya personas que durante meses o años puedan tener una intensa vida religiosa usando herramientas de Internet (pensemos en un cristiano en un país musulmán o comunista, o en una isla, barco o zona aislada, sin acceso a una congregación presencial), el cristiano devoto tendrá la tendencia a acudir a la iglesia cuando pueda, al menos en Pascua y Navidad y otros tiempos fuertes, y también para bautizar y enterrar a sus seres queridos.

Queda por ver si Internet va a afectar a la espiritualidad fomentando el individualismo (el modelo “coacher” que evita que se junten los feligreses, ya que no soportan “a los hipócritas”) o si va a fomentar más bien las experiencias en grupo (mediante videoconferencias grupales, o chats cada vez más elaborados).

En ReL ya hablamos sobre los estudios de Robert D. Putnam, un especialista de Harvard sobre relaciones de amistad y felicidad. Con su colega Chaeyoon Lim, sociólogo de la Universidad de Wisconsin-Madison, explicó en la American Sociological Review que está demostrado que lo que da más felicidad a la gente es compartir "encuentros regulares y experiencias religiosas con amigos de la congregación". Añadía que cuantos más amigos se tenga para compartir experiencias religiosas, más felicidad se obtendrá.

Pero eso sólo funciona cuando hay verdadero “encuentro”, las experiencias son verdaderamente espirituales (no quedar para planificar algo parroquial, sino quedar para rezar, alabar, cantar salmos, adorar…) y si se hace con amigos (no desconocidos ni meros conocidos).

El reto para Internet es poder aportar estas experiencias: el “juntar amigos” y hacer que la experiencia sea de verdad espiritual. Si lo consigue, las comunidades virtuales cristianas podrían desbancar a las presenciales, al menos en las comunidades eclesiales que no recurren con asiduidad a los sacramentos.