El Encuentro de Nueva Evangelización ENE 2014 ha tenido este sábado su día “más episcopal”, con la presencia del arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, y una ponencia del obispo de Cádiz, Rafael Zornoza.


Desde su origen en 2012, el ENE ha insistido en su voluntad de entroncar la evangelización con el pastoreo de los obispos y de hecho unos de sus organizadores, el historiador Josué Fonseca, de la comunidad Fe y Vida ha insistido en varias ocasiones en que si la Iglesia desde el Concilio de Trento se ligó mucho a la figura del sacerdote y párroco, la del siglo XXI, como la de los primeros siglos, recuperará más y más la cercanía y el trato con el obispo.

Ambos prelados estuvieron presentes en la alabanza matutina, con más de 200 personas cantando música moderna de alabanza, con guitarras, sintetizadores y muchos vatios de sonido, una media de edad más bien joven, responsables y encargados de evangelización de diócesis y movimientos y una treintena de sacerdotes llegados de toda España.

“La nueva evangelización y la evangelización permanente es la misión de la Iglesia. El Papa Francisco nos invita a salir, a una salida evangelizadora y misionera, a transmitir el Evangelio. No se puede hacer con un corazón resentido ni con amenazas, sino con el eco de la Buena Noticia en nuestra vida, nuestras actitudes y palabras. El Señor nos envía y no se queda atrás sino que nos acompaña”, dijo el arzobispo Blázquez animando a los asistentes al encuentro.


Tras el saludo del arzobispo anfitrión, el obispo Zornoza -que está en el ENE de Valladolid acompañado de sus seminaristas y varios sacerdotes- procedió a explicar los pasos de nueva evangelización que se están dando en su diócesis, de forma análoga a las explicaciones que en los dos años anteriores dio el obispo Xavier Novell sobre la experiencia de Solsona.

Zornoza fue rector del seminario de Getafe, diócesis adyacente a Madrid, de 1991 a 2009; fue nombrado obispo auxiliar de Getafe en 2005 y obispo de Cádiz y Ceuta en agosto de 2011, muy lejos de donde hasta entonces había desarrollado su servicio.

Cuando llegó a Cádiz -hace menos de 3 años- ya había allí una intensa reflexión sobre la nueva evangelización, reafirmada por el Año de la Fe, la convocatoria del Sínodo de Nueva Evangelización y los llamados del Papa Francisco. “El Papa Francisco dice que todo debe ser replanteado”, comentó Zornoza citando Evangelii Gaudium 33, y pide “ser audaces y creativos”.


Descubrió que en las parroquias y movimientos de Cádiz ya se estaba trabajando en la línea de crear grupos pequeños de crecimiento en la fe que se reunían en casas aunque con la parroquia como base, grupos que se acabarían llamando “cenáculos”.

Eran grupos muy variados: a veces eran las madres de niños de catequesis que se reunían mientras sus hijos estaban en la parroquia, o un grupo de profesores en un colegio… En estos grupos se daban tres características:

-se hacía oración,

-se promovía la adoración ante el Santísimo

-y había momentos para compartir y hablar sobre las inquietudes de la vida.

La diócesis fomentó estos grupos y actualmente hay unos 150 de ellos en una diócesis que tiene unas 120 parroquias.

“Nos dimos cuenta de que no tenía sentido insistir en pedir a la gente en estos grupos con la idea de ‘compromiso’. El compromiso es algo que llega más adelante en la vida cristiana. En los grupos juveniles de confirmación los chicos hacen 3 años de formación, reciben el sacramento y aunque les pidamos compromiso desaparecen después de recibirlo. Para combatirlo, muchos ponen más años de formación, y eso tampoco basta. O añaden ‘temas’… pero me horroriza hablar de ‘temas’ porque el único ‘tema’ real somos nosotros y nuestra experiencia de Dios”, comentó el obispo en el auditorio del Santuario de la Gran Promesa de Valladolid que acogía al ENE.


Varios responsables de evangelización de Cádiz acudieron al ENE 2013 y allí encontraron ideas para reforzar el plan misionero de la diócesis. También viajaron a la diócesis de Alcalá de Henares para conocer sus iniciativas de nueva evangelización.

La primera idea que aplicaron en Cádiz fue una Escuela de Evangelizadores, que se ha celebrado en 6 sábados, uno al mes, “para renovar la fe e impulsar la misión”.

“La llamamos ‘escuela diocesana’ porque el obispo está al frente, con un equipo creciente, y no es un grupo más sino una apuesta grande, quizá por un terreno inexplorado; y es de ‘evangelizadores’, no ‘de evangelización’ porque al final quien evangeliza es una persona, que debe reavivar su fe y prepararse”, puntualizó Zornoza.

Se inscribieron 250 personas, “que tienen que participar en el lote completo de sesiones”. Esos sábados participaban en una eucaristía especialmente preparada y vivida –“porque sin la Eucaristía esto no tiene porvenir”-, recibieron formación sobre temas centrales sobre kerygma, sacramentos y la persona de Cristo y participaron en talleres de métodos evangelizadores como el Curso Alpha y el Oratorio de los Niños Pequeños del padre Gonzalo Carbó.

Éste método de oración con niños llamó especialmente la atención de catequistas, cansados de ver cómo año tras año los niños desaparecen de la iglesia después de celebrar la Primera Comunión. El método se presentó en el encuentro de 500 catequistas de la diócesis, y eso atrajo a muchos de ellos a la Escuela de Evangelizadores. Por la escuela pasaron responsables del ENE, como Josué Fonseca, de Fe y Vida, y Tote Barrera, de Cursos Alpha.

Para profundizar aún más a nivel espiritual, la diócesis fomentó ejercicios espirituales para evangelizadores –se han impartido 4 tandas de 3 días- para suscitar el encuentro personal con Cristo.

Otro proyecto diocesano, el de lanzar “misiones parroquiales”, aún no se ha consolidado. Se hizo una “prueba piloto” en la muy surfera ciudad de Tarifa, con la colaboración de seminaristas, miembros de Cursillos de Cristiandad, de Equipos de Nuestra Señora, del Movimiento Familiar Cristiano y del Camino Neocatecumenal… De la prueba aprendieron que la función de las “misiones parroquiales” probablemente será la de llegar a crear o robustecer los “cenáculos” y grupos pequeños en las parroquias: en ellos tenderán a integrarse las personas que vean su fe avivada en estas misiones.

Todo esto ha sucedido en el último año. Para el próximo curso 2014-2015 se busca una “tercera fase”, que incluye volver a celebrar la Escuela de Evangelizadores (con alumnos distintos, atraídos por la buena experiencia de la promoción anterior) y, sobre todo, crear una Escuela de Discipulado, probablemente la primera de España, bajo la asesoría de Josué Fonseca, que contará con unos 190 participantes.

Todo esto está convirtiendo a Cádiz, junto con Solsona y Astorga, diócesis rurales mucho más pequeñas, en un interesante “campo de pruebas” de las enseñanzas de nueva evangelización del ENE, aunque sin dogmatismos en las fórmulas.

“Los métodos y escuelas y estrategias están bien, pero cada diócesis, cada realidad ha de adaptarlos a sus necesidades y posibilidades”, comenta el obispo Zornoza, que tiene muy claro lo que se hará este año, y no sabe tanto lo que se hará el siguiente –en parte porque está en el ENE tomando notas y haciendo contactos. Sabe, eso sí, que seguirá primando la nueva evangelización, replanteando lo que haga falta y siendo “audaces y creativos” como pide el Papa Francisco.