Gustavo Entrala es el consejero delegado de la Agencia 101, a la que el Vaticano ha confiado la progresiva introducción de la Iglesia en las nuevas tecnologías. Esta empresa española es la que ha convencido a Benedicto XVI para que se estrene en Twitter

Su conversión comenzó gracias a una carta enviada al portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, en 2010. Después de aquello, la Santa Sede se quedó maravillada de las posibilidades de sumergirse de lleno en internet. A los cuatro meses, les contestó para aceptar sus servicios, pidiéndoles que viajasen a Roma en tres semanas. Un año después, en junio, Benedicto XVI publicó un primer «tuit» a través del portal news.va. Este miércoles se convertirá, oficialmente, en el primer Papa «tuitero» de la historia con el objetivo de «dar mayor alcance al mensaje evangélico».

«Lo que sabemos es que el primer mensaje va a ser una respuesta a los usuarios que le han preguntado desde el lunes pasado», explica Gustavo Entrala, consejero delegado de la Agencia 101, el español que está detrás de la «evangelización» de Benedicto XVI en su desembarco en la popular red de micromensajes. «Le enseñé a manejar un iPad, las tripas de Twitter o Facebook, y cogió los conceptos muy rápidamente porque es una persona muy inteligente», agrega.

Entrala le enseñó personalmente el manejo de esas nuevas tecnologías. La colaboración entre la Agencia 101 y el Vaticano se fue estrechando durante meses. «El iPad le daba un poco de miedo al ser -el Papa- una persona de cierta edad, pero al final lo utilizaba con una soltura impresionante», explica este experto en marketing «online», quien se muestra convencido que Benedicto XVI mostrará «cercanía» a través de lo que han bautizado como «píldoras de sabiduría».

La compañía augura que será una cuenta muy interactiva. Se ha establecido un equipo de prelados que seleccionarán y monitorizarán los mensajes que reciban en las ocho cuentas oficiales del Papa, cuya cuenta principal ya ha superado el millón de seguidores en tan solo una semana. «El hecho de que esté en Twitter es un guiño muy positivo a la gente que está más cerca de internet», manifiesta.
Desde su cuenta, Benedicto XVI tratará de enviar «pequeños susurros, no va a sentar cátedra», sino que sus «tuits» estarán compuestos por «mensajes que puedan ser inspiradores». Esa renovación tecnológica permitirá que «mucha gente que no sigue la Iglesia se dejen impactar por los mensajes» de un Papa poco ávido de protagonismo, más dado a las escrituras. «Va a ser un ´tuitero´ de éxito», asegura Entrala.

La Iglesia está viviendo una «revolución digital muy grande y encima en muy poco tiempo» que puede hacer que muchos católicos se abran perfil en Twitter. «En el terreno religioso no son muy lanzados porque están trabajando con una materia muy delicada y no quieren sentirse por encima del Papa», añade.

Tras convertirse a la religión de Twitter, desde la Iglesia han lanzado la aplicación «The Pope App» para, entre otros servicios, reunir toda la información que genere Benedicto XVI, seguir desde el dispositivo las audiencias y el Ángelus, con alertas que avisen al usuario de la hora a la que comienzan los actos, así como ver fotos y vídeos o releer sus discursos o presenciar el interior de la Iglesia de San Pedro captadas mediante una serie de webcams ubicadas en su interior.