Francisco Valverde es un estudiante cordobés de Comunicación en la Universidad Loyola Andalucía, pero desde hace un tiempo ha aparcado (por unos meses) sus estudios para volcarse como voluntario de organización y administración de la Jornada Mundial de La Juventud (JMJ) de Lisboa.

Entrevistado en la revista diocesana, explica que participó primero en la peregrinación al santuario de Guadalupe (Extremadura) en octubre de 2020, en época de pandemia, sólo para voluntarios. Él aún no lo era, pero unos amigos le invitaron y desde entonces se relacionó con la delegación de juventud de Córdoba.

Su experiencia colaborando en actividades de jóvenes católicos le llevan a decir que "en las peregrinaciones y en las actividades pasan cosas y es ahí cuando dices: ' ¿cómo no voy a creer?'" Afirma que "los delegados y los demás voluntarios siempre han sabido darme claridad en los momentos que no he tenido la suficiente".

Dar el salto a Portugal, a colaborar en la organización de la JMJ fue un riesgo que vivió, dice, "con mucho miedo, por eso sabía que venir aquí era la decisión correcta. Las cosas que iban pasando en mi vida me empujaban a estar aquí aunque no siempre quisiera verlo. Si quería ser honesto conmigo mismo tenía que aparcar todo durante un tiempo y venir aquí, no era cuestión de si sería lo mejor o no, sino de ser valiente. Inconscientemente mi cabeza se iba acercando a Lisboa y ahí me di cuenta de que o lo hacía o no me lo iba a conseguir sacar de la cabeza nunca".

En Lisboa acabas "haciendo de todo"

En Lisboa oficialmente es un administrativo más en el departamento de finanzas, pero, admite, "como suele pasar en eventos de esta magnitud y que son organizados por voluntarios, acabas haciendo de todo y, lo más importante, aprendiendo a hacer de todo".

Le impresiona la vivencia de los compañeros. "El trabajo es voluntario, nadie percibe nada más que la satisfacción que aporta el colaborar en una causa en la que crees y que sientes como tuya y te duele como tuya que es. No sólo hay jóvenes que están renunciando temporalmente a su proyección académica o laboral, también hay profesionales de empresa que combinan sus dos trabajos renunciando por completo al descanso, además de jubilados que podrían estar perfectamente dedicando su tiempo para sí mismos porque con su esfuerzo lo han ganado".

En su opinión, hay algo que mueve a todos los voluntarios para perseverar y servir: el deseo de "mostrar la Verdad a un mundo que lo necesita".