El Cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, presentó ante los micrófonos de la Radio Vaticana la nueva cita del Patio de los Gentiles, titulado “Arte, belleza y trascendencia”, que se llevará a cabo el 17 y el 18 de mayo en la ciudad de Barcelona.

«El tema de la belleza y del arte es fundamental al interior del Patio de los Gentiles –explicó el cardenal a la Radio Vaticana. Ahora bien, por su naturaleza, el arte siempre se ha dirigido hacia un más allá con respecto al horizonte concreto, en el que se registra la crónica. Por ello, siempre es una cuestión de espiritualidad, es una cuestión de metafísica: ir más allá de todo lo que es inmediato.

Por esta razón hemos comenzado con Florencia, la ciudad del arte por excelencia. Pero ahora quisiéramos afrontar otro horizonte, un poco particular, que es el de Barcelona, que es una ciudad que tiene una gran “identidad”, y que es un lugar en el que también se encuentra una gran semilla de cultura».

La Sagrada Familia, la gran catedral de Gaudí que Benedicto XVI consagró durante su visita a Barcelona en noviembre de 2010, es el lugar elegido para la cita clave de las jornadas catalanas.

«Habrá un gran evento, que involucrará a toda la ciudad de Barcelona –dijo Ravasi–; y se usará un término: el diálogo. El diálogo se da antes que nada entre la fe y el arte, en general. Por ello se hablará de la Biblia, de la espiritualidad, de la liturgia y, al mismo tiempo, de la expresión artística, por lo tanto, del placer estético».

Pero el diálogo más concreto será el que lleven a cabo las diferentes voces de los coros, que estarán dentro de la basílica «Habrá por lo menos 700 coristas –explicó el cardenal–, distribuidos en cuatro puntos diferentes; y habrá dos coros en la parte sacra y en el ingreso solemne: habrá, por una parte, 250 coristas y, por la otra, otros 250. Por ello se dará en este caso, como se daba en la gran tradición, el diálogo de las voces, que es justamente la polifonía. La polifonía por su naturaleza supone voces diferentes, que tienen timbres diferentes, que entre ellas se entrelazan y demuestran a todos que puede haber belleza en la diferencia. El tercer diálogo será, tal vez el más original […] el diálogo entre la música y la arquitectura, entre dos artes diferentes. En un cierto sentido, los colores y las formas de la música también serán visibles y no solo audibles. Un poco como sucedía en la Edad Media, cuando se escribían textos musicales, jugando con los capiteles de las columnas de los claustros».