Va a doblar el presupuesto de Fireproof [A prueba de fuego], alcanzando el millón de dólares, y doblará también el casting y el número de localizaciones de rodaje. Y, además, contará con un importante plantel de actores profesionales, al contrario que su predecesora, donde sólo lo era el protagonista, Kirk Cameron. Sin que falten, por supuesto, los voluntarios, sin los cuales este sueño habría resultado imposible.

Hablamos de Corageous, la última película de la factoría de Alex y Stephen Kendrick, los auténticos reyes del cine cristiano en Estados Unidos. Estará terminada el 21 de junio y se estrenará en algún momento del año que viene que los productores todavía no desvelan.

Esta vez no se trata de la historia de un matrimonio roto y de la última oportunidad de salvarlo, como en la emotiva historia de Caleb y Catherine que arrasó como película y como libro y ha publicado recientemente en España la editorial LibrosLibres. Corageous tiene como aliciente el mundo policial, lo cual dará lugar a persecuciones y tiroteos siempre efectistas.

Pero no es ésa la parte por la que llenan los cines las películas de los Kendrick, a pesar de que la factura de las escenas de acción de A prueba de fuego no desmerece de las grandes producciones de Hollywood. En Corageous se nos cuenta la historia de cuatro policías y sus dificultades para ser buenos padres, al tiempo que tienen que combatir el crimen en su ciudad.

La película de la factoría Sherwood mostrará las consecuencias que produce el desarraigo familiar y cómo empuja a los jóvenes a la delincuencia y, por el contrario, los beneficios de un hogar donde se viva en el temor y el amor de Dios. Invitará además a los padres a implicarse en la educación de los hijos, en línea con los más recientes estudios científicos sobre la diferenciación de roles de padre y madre y la similar relevancia de ambos.

Por estar destinada sobre todo a ese 33% de hogares norteamericanos de donde está ausente la figura del padre, el guionista de Corageous, Robert Amaya, ve con ilusión el trabajo en marcha: «Si un solo hombre ve esta película, y tras verla decide volver a su casa y quedarse con su familia, seré la persona más feliz del mundo».