Ante unos 15.000 sacerdotes y un gran número de laicos y religiosos que llenaron la Plaza de San Pedro para la Vigilia por la clausura del Año Sacerdotal, el Papa Benedicto XVI resaltó la importancia del celibato sacerdotal señalando que es el «mejor antídoto» contra los «escándalos provocados por nuestras carencias como mortales».
 
Respondiendo, sin leer texto alguno, a una pregunta sobre este tema, el Pontífice
dijo que para el mundo además de los «pequeños escándalos» suscitados en los últimos tiempos en la Iglesia, aparece un escándalo aún mayor, «el escándalo de quien pone su fe en Dios».
 
El celibato, continuó, «es un gran signo de la presencia de Dios en el mundo. Debemos orar a Dios para que nos libre de los pequeños escándalos y haga presente el escándalo de nuestra fe en Dios».
 
El Pontífice se ha referido al celibato como «un acto de fe» que «a menudo es considerado un escándalo en un mundo sin Dios».
 
«Ser sacerdote no es un trabajo, sino una dedicación y el celibato es el mejor antídoto contra otros escándalos provocados por nuestras carencias como mortales», dijo el Papa durante el encuentro.
 
 
Refiriéndose indirectamente a los recientes escándalos de abusos en la Iglesia, el Papa dijo que «sabemos que hay otros escándalos, secundarios, que oscurecen el testimonio de fe de los sacerdotes y pedimos al Señor que nos libere de esos escándalos».
 
Asimismo explicó que el celibato no sólo fortalece la vocación del sacerdote, sino que también «confirma el sí definitivo del matrimonio, que es la forma natural de ser hombre y mujer que Dios ha querido en el mundo».

La de ayer ha sido la concentración más numerosa de sacerdotes en la historia de la Iglesia. De ellos, procedentes de 91 países, más de 600 eran españoles. También asistieron unos 300 colombianos y numerosos venidos de Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela, Brasil y Portugal.
 
La ceremonia concluyó con la entrada solemne del Santísimo Sacramento y algunos minutos de silencio y plegarias personales y la bendición eucarística impartida por el Papa.
 
Benedicto XVI presidirá hoy una misa solemne en la plaza de San Pedro durante la cual proclamará patrono de los sacerdotes al santo francés Juan María Vianney, conocido como el «Cura de Ars».