Diversos líderes anglicanos de todo el mundo han calificado de «gravemente preocupante y equivocada» la reciente ordenación como obispa de una mujer abiertamente lesbiana, considerando además, que este acto ha «herido» a muchos dentro de la comunidad Episcopaliana, la versión norteamericana de los anglicanos.
 
En una ceremonia a la que acudieron unas 3.000 personas, María Glasspool, una mujer abiertamente lesbiana y que tiene una pareja, fue ordenada obispa en Long Beach el 15 de mayo pasado.
 
El arzobispo anglicano de Canterbury, Rowan Williams, ya había emitido un comunicado el año pasado cuando se supo por primera vez de los planes de ordenación de Glasspool, pidiendo a los líderes de la iglesia que consideren «las implicaciones y consecuencias de esta decisión». El prelado escribió en marzo, después de la confirmación de la elección de Glasspool como obispa, de que se trataba de algo «lamentable».
 
Varios líderes mundiales de la comunidad anglicana han denunciado la ordenación Glasspool el sábado pasado.
 
«La decisión de la Iglesia Episcopaliana de los Estados Unidos de América de consagrar como obispo a una mujer en una relación lésbica sexualmente activa es gravemente preocupante y equivocada», ha dicho el reverendo William Godfrey, obispo de la iglesia anglicana en Perú.
 
«Es imposible», añadió, «saber con qué autoridad la Iglesia Episcopal está haciendo esto. Es desobediente a la Palabra de Dios, a la enseñanza de la Iglesia, y profundamente dañino y perjudicial para sus hermanos y hermanas cristianos»
 
«Parece», observó el obispo, «que su decisión está tomada de acuerdo con sus instintos y sentimientos, y las maneras de la sociedad liberal en la que viven, y que se han olvidado de los valores morales y las enseñanzas de las Sagradas Escrituras y su Iglesia».
 
De otro lado, una coalición de evangélicos anglicanos en Irlanda hicieron una declaración conjunta manifestando su apoyo a aquellos que dentro de la comunidad episcopal se sienten «heridos y apartados» por la ordenación de Glasspool.
 
«Muchos cristianos de todas las tradiciones y denominaciones compartirán nuestro dolor y verán la consagración a María Glasspool como un rechazo desafiante de las súplicas a la moderación y, más importante aún, como un rechazo del modelo de santidad de vida que se pide en la Escritura y que es aprobado por los creyentes en el transcurso de los siglo», escribieron el domingo.
 
Por su parte, el reverendo Robinson Cavalcanti, obispo de la Diócesis de Recife en Brasil, dijo en un comunicado el 15 de mayo que la ordenación era «lamentable» y que ha causado «una ruptura de hecho» dentro de la comunidad anglicana.
 
Asimismo, el obispo de la diócesis de Nueva Caledonia, el reverendo William Anderson, agregó que «sólo podemos esperar que el arzobispo de Canterbury, finalmente aceptará que los obispos y las iglesias nacionales que optan deliberadamente por ignorar la enseñanza de la Comunión anglicana y la Sagrada Escritura, deben sufrir la consecuencia natural de haber optado por seguir su propio camino, es decir, que deben ser considerado han dejado la Comunión anglicana».