La Santa Sede ha aceptado la petición de la Conferencia Episcopal Española para declarar doctior de la Iglesia a Santo Tomás de Villanueva, agustino español del siglo XVI que fue arzobispo de Valencia. Varios obispos españoles y sudamericanos lo apoyan.

Las tres órdenes agustinianas (Orden de San Agustín, Agustinos Recoletos y Agustinos Descalzos) se han unido para la causa

El proceso para convertir a Santo Tomás de Villanueva en doctor de la Iglesia avanza según los plazos previstos. La Santa Sede ya ha aceptado la solicitud remitida por la Conferencia Episcopal Española.  

La Congregación para la Doctrina de la Fe (que tiene al frente al jesuita español Luis Ladaria) ha comenzado a estudiar la petición. Para ello ha pedido tres copias de las obras completas del santo, que fue arzobispo de Valencia.

La Congregación ha nombrado un monseñor que se encargará del seguimiento de tema. Por el momento, una vez aceptada la solicitud que la CEE presentó a propuesta de la Federación Agustiniana Española (FAE), el proceso queda parado a la espera del estudio de la obra de Santo Tomás de Villanueva. Se analizará si realmente su doctrina es eminente y su testimonio es interesante.




La CEE ha sido la primera que se ha posicionado a favor del doctorado de Santo Tomás. La FAE remitió el documento ‘Suplex Libellus’ (“Humildemente solicito”) en abril de 2016. Firmaron tres postuladores de las tres órdenes agustinianas –Orden de San Agustín, Agustinos Recoletos y Agustinos Descalzos– que veneran al santo. Mons. Ricardo Blázquez admitió rápidamente esta propuesta y la CEE la aprobó.

 

Entre los motivos por los cuales los agustinos creen que se le debe conceder el doctorado eclesial a Santo Tomás de Villanueva, en ‘Suplex Libellus’ se menciona principalmente su testimonio de pobreza exterior, lo que hizo ser apodado como ‘Limosnero de Dios’.

“Su ejemplo puede dar un nuevo ardor para reactivar el anuncio del nombre de Cristo Resucitado”, dice el documento, que además expresa que “su celo apostólico y su infatigable esfuerzo evangelizador constituyen un testimonio claro y evangelizador”.

Al mismo tiempo, se ha buscado más apoyos en otros países donde la presencia de los agustinos, en cualquiera de sus ramas, es amplia. Los obispos de Panamá también se han dirigido a Roma pidiendo el doctorado de Santo Tomás después de recibir un documento similar al ‘Suplex Libellus’. En ese caso fue el cardenal José Luis Lacunza, misionero español de los Agustinos Recoletos, quien defendió el asunto en la Conferencia Episcopal Panameña.

También se ha buscado más seguimiento a la causa en Argentina, Perú, o en Norteamérica, donde está presente la Orden de San Agustín y los Agustinos Recoletos. También en México o Filipinas, a donde el santo envió misioneros.

Asimismo, esta petición de apoyos también se ha extendido a obispos y cardenales vinculados estrechamente con la Orden, quienes pueden tener una mayor representatividad. Es el caso del cardenal español Santos Abril.


También el cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia, cátedra que ostentó Santo Tomás de Villanueva, ha secundado con orgullo la petición. En una entrevista privada con los postuladores de la causa admitió que la doctrina del obispo agustino está muy en sintonía con la sensibilidad del Papa Francisco. Por eso cree que el nombramiento no debería tardar.

El P. Miguel Ángel Orcasitas OSA, quien está al frente de la comisión pro doctorado, afirma que se demorará dependiendo del estudio de las obras. “Ser un obispo que se ha preocupado tanto por los pobres y los problemas sociales como fue Santo Tomás de Villanueva puede ser algo positivo”, afirma.

El P. Imanol Larrínaga OAR, que también está involucrado en la comisión pro doctorado de la FAE, indica que Santo Tomás de Villanueva “ve la realidad de las personas que sufren la miseria, la realidad de los pobres”. “Transmite a sus fieles –continúa- una atmósfera de auténtica pobreza”.

Orcasitas añade que es un hombre de oración. “Vive en una tensión espiritual constante”, dice. Asimismo, asegura que el de Santo Tomás es un testimonio de verdadera entrega a Dios. También Larrinaga indica que “desde el espíritu asume el ofrecimiento mayor de entrega a Dios”.