Estado Islámico no es lo mismo que Al Qaeda, puesto que el primero siempre ha buscado crear estructuras estatales, con un territorio y un gobierno (empezando por Siria e Irak), y el segundo grupo prefiere la desestabilización mundial sin conquistar territorios.

Sin embargo, ambas redes terroristas comparten un mismo estilo de reclutamiento que viene ya de la época de Osama Bin Laden, el cerebro de los atentados contra las Torres Gemelas en EEUU. 

Los expertos en lucha anti-yihadista hace mucho que conocen un manual llamado «Curso en el Arte del Reclutamiento», obra de Bin Laden, que aún usan los yihadistas de ambas ramas a la hora de captar candidatos para la yihad, aunque Al Qaeda hace hincapié en reforzar la cautela y en objetivos a largo plazo mientras que Estado Islámico busca actuar con más rapidez. 

Es curioso que aunque el manual recomienda no reclutar personas religiosa y anima a captar jóvenes poco practicantes, en fases más avanzadas incluye en su adoctrinamiento una gran recompensa en el "otro mundo" yihadista: las huríes o vírgenes celestiales que reciben los yihadistas si mueren en combate (o en atentado suicida).

Estos son explicados en el diario ABC:


El manual aconseja buscar candidatos a la yihad, la «guerra santa», entre jóvenes poco practicantes del islam, porque entiende que los muy religiosos pueden mostrarse demasiado críticos a lo largo del proceso de captación y acabarían por frustrar la operación. Los ignorantes en religión son más maleables y más capaces de acatar la disciplina de su superior.


La universidad o la vida independiente convierten al joven musulmán en un candidato más apto para incorporarse a Daesh o Al Qaida porque «dificultan las interferencias y el espionaje».


Una vez que se atrae al candidato a la yihad, la «invitación» a sumarse a la causa la hará en una segunda fase un miembro del movimiento –un «predicador», quizá un imán– más avezado en el Corán, y en la lectura radical y belicista del libro sagrado. En un primer momento le recomendará una serie de lecturas de libros y panfletos. Solo cuando su nivel de motivación sea alto, le mostrará vídeos de acciones violentas llevadas a cabo por el grupo.

. En el proceso de adoctrinamiento por parte del imán juega un papel relevante la  en particular las relativas a los países donde actúa la yihad: los Territorios Palestinos, Siria, Irak, Yemen y Libia de modo particular. La interpretación de noticias políticas en un contexto religioso es una práctica corriente en los sermones de las mezquitas durante la oración de los viernes.


El manual aconseja al monitor que preste «servicios al candidato, le escuche, conozca su personalidad y se convierta en su compañero para los buenos y los malos momentos».

no debe pasar una semana sin que se comunique con él».


Todos los talentos y buenos sentimientos que el monitor descubra en el candidato a la yihad «han de ser atribuidos al islam».


En un momento determinado del proceso de adoctrinamiento, el énfasis se pondrá en las enseñanzas coránicas sobre el paraíso. Desde el siglo X, la doctrina tradicional musulmana coincide en señalar que Alá bendecirá de modo especial a los «mártires de la yihad» con siete recompensas. Una de ellas es la concesión a cada varón de 72 mujeres vírgenes (huríes). Las mujeres que caigan en la batalla recibirán, en cambio, en el paraíso un solo hombre «con el que estarán satisfechas».


El candidato debe conocer lo más posible todos los hadices (dichos y hechos de Mahoma) relativos al «martirio en la yihad» hasta que llegue a «desearlo y esperarlo». Aunque el suicidio está prohibido por el Corán en términos literales, los imanes radicales consideran que se convierte en «martirio en la guerra santa» si se lleva a cabo en el contexto de la lucha por la «defensa de la comunidad musulmana».


El manual de adoctrinamiento del muyahidin recomienda ver documentales sobre la yihad, que abundan en la red.

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