Los suizos aprobaron en referéndum una propuesta, respaldada por la derecha, para prohibir la construcción de nuevos minaretes, según cifras oficiales, en un resultado sorprendente que podría dañar los lazos económicos de Suiza con Estados musulmanes.
 
Los partidos de derecha suizos creen que los minaretes, desde los cuales los seguidores del Islam son llamados a la oración, constituyen una «reivindicación del poder político-religioso». Por ese motivo se convocó un referéndum con el objetivo de dilucidar si tales construcciones deben ser o no prohibidas, tras haber recolectado 100.000 firmas del electorado suizo durante 18 meses, informa Ep.
 
Alrededor del 57% de los votantes apoyó una prohibición total sobre el establecimiento de nuevos minaretes musulmanes, de acuerdo con los resultados oficiales publicados por la agencia suiza de noticias ATS. Precisamente, unos días antes de la elección, sólo un 37% de los participantes en el sondeo admitió que apoyaría la prohibición. En el centro de la campaña se sitúa el controvertido cartel que mostraba a una mujer ataviada con un burka, con minaretes con forma de misil de fondo.

 
Los obispos de Suiza consideran que la decisión popular de prohibir la construcción de minaretes «representa un obstáculo y un gran desafío en el camino de la integración en el diálogo y el respeto mutuo». Así lo señalan en un comunicado publicado este mismo domingo, firmado por el responsable de comunicación de la Conferencia Episcopal de Suiza, Walter Müller, y titulado «Interpelados por el sí a la iniciativa», informa Zenit.
 
Para el episcopado suizo, esta prohibición supone «una omisión manifiesta a mostrar a la gente que la prohibición de minaretes no contribuye a una sana convivencia entre las religiones y las culturas, sino que al contrario, la deteriora». «La campaña, con sus exageraciones y sus caricaturas -señala el comunicado-, ha demostrado que la paz religiosa no se da por sí misma, sino que debe ser defendida cada día».
 
Los obispos advierten que el sí a esta iniciativa, impulsada por los conservadores Union démocratique du centre (UDC) y Union démocratique fédérale (UDF), «aumenta los problemas de convivencia entre las religiones y las culturas».
 
Ante este resultado, «el primer desafío consiste en devolver a la población la confianza necesaria en nuestro ordenamiento jurídico y la atención apropiada a los intereses de todos», indican los obispos. Y «ello exige la colaboración de todos en Suiza, y especialmente de los responsables del Estado y de la Iglesia», advierten.
 
Actualmente Suiza cuenta con cuatro minaretes, que no se utilizan para llamar a la oración. El referéndum buscaba detener nuevos proyectos de construcción de estas torres de las mezquitas.
 
La Confederación suiza, en la que el Islam es, en número de seguidores, la segunda religión tras el cristianismo, cuenta con unos 310.000 musulmanes, entre una población de 7,5 millones de habitantes.
 
Los obispos destacan que «las dificultades de coexistencia entre las religiones y las culturas no se limitan a Suiza» y advierten de las repercusiones negativas que esta decisión popular puede acarrear en otros lugares del mundo.
 
«Los pastores de la Iglesia católica ya recordaron, antes de la votación, que la prohibición de la construcción de minaretes no ayudaría a los cristianos oprimidos y perseguidos en países islámicos, sino que deterioraría la credibilidad de su compromiso en esos países», señalan.
 
El texto concluye con una exhortación a «todas las personas de buena voluntad a aumentar todavía más su compromiso actual con esos cristianos y a estar a su lado». En e l comunicado del pasado mes de septiembre con el que los obispos se oponían a la consulta popular aprobada ayer, la conferencia episcopal pedía coherencia con los principios de la libertad religiosa. «Los minaretes, como los campanarios de las iglesias, son un signo de la presencia pública de una religión», recordaron entonces los obispos de Suiza.
 
«La prohibición general de construir minaretes haría más frágiles los esfuerzos necesarios para establecer una actitud de acogida recíproca, en el diálogo y respeto mutuo -adviertieron-. En esta materia, el miedo es mal consejero».