La Confederación Católica Nacional de PAdres de Alumnos ha criticado con dureza la decisión del Tribunal Europeo de Derechos humanos, con sede en Estrasburgo, que ha sentenciado a favor de la retirada de los crucifijos de las aulas italianas, a petición de una ciudadana de ese país que entendía que era ofensivo. Desde CONCAPA, esta decisión no es otra cosa que «una violación de la libertad de los padres de educcar a sus hijos según sus propias convicciones» y «un atentado contra la libertad religiosa de los alumnos» que «puiede alentar posiciones ideológicamente sectarias, a la vez que ofrece una visión parcial y contradictoria de la realidad».

La confederación de padres católicos considera que la sentencia «ignora que el crucifijo es un signo cultural de nuestra tradición y de nuestra historia, que no puede ser ofensivo ni para el creyente ni para el ateo, porque no impone a nadie la obligación de profesar una religión determinada». Además, subraya CONCAPA en una nota, «la prohibición de signos religiosos que forman parte de nuestro patrimonio cultural supone de hecho la imposición de un laicismo intolerante» porque la laicidad -prosiguen- «no pude ser entendida como la exclusión pública del hecho religioso».

Por último, CONCAPA recuerda que una sentencia de un tribunal italiano reconoció en 2005 que el crucifijo es el símbolo «de los principios de igualdad, libertad, tolerancia y secularismo del Estado».