Este martes se celebra el Día Mundial de la lucha contra la Desertización y la Sequia, que este año se centra en «lograr la seguridad alimentaria para todos a través de sistemas alimentarios sostenibles».

Esta edición casi coincide con la publicación el 18 de junio, en Roma de Laudato Si´, la encíclica del Papa Francisco sobre ecología.

Cáritas Internacional además impulsa la campaña “Una sola familia humana. Alimentos para todos”, uno de cuyos objetivos es, precisamente, la protección de la Tierra y sus recursos naturales.

Este Día Mundial contra la Desertización y la Sequía quiere llamar la atención sobre la importancia de llevar a cabo acciones para el cambio en el uso de la tierra, apostando por una agricultura más sostenible y que se adapte al cambio climático, en especial en aquellas zonas áridas en las que la escasez de comida es cada vez mayor.

Los pequeños agricultores deberían tener un mayor acceso a los avances tecnológicos que respetan el medio ambiente y dan una respuesta a las necesidades alimentarias de millones de hogares, especialmente de los más pobres. Es necesario, por ello, un aumento de las inversiones encaminadas a promover mejores prácticas y un sistema de producción más sostenible.

Asimismo, es necesario aumentar las acciones encaminadas a visibilizar las consecuencias de la desertificación, cuyos efectos sobre la paz, la seguridad alimentaria y el cambio climático son una dramática realidad para los países con escasez de agua y de comida, y cuyos habitantes se ven obligados a emigrar como consecuencia de este problema.


Cáritas Española tiene como líneas prioritarias de trabajo, tanto a nivel nacional como internacional, el apoyo a la agricultura sostenible y el uso responsable de recursos naturales, al entender que son las vías más eficaces y justas para promover la lucha contra la pobreza, el desarrollo humano y sin acabar con las riquezas de nuestro planeta desde el cuidado de la creación.

Por eso, apoyamos en todo el mundo proyectos de agricultura ecológica que respetan el medio ambiente y que intentan adaptarse a entornos adversos azotados por la sequía o las inundaciones. De hecho, desde la campaña “Una sola familia humana. Alimentos para todos” se denuncia que una de las principales causas del hambre en el mundo (que padecen 795 millones de personas) es el cambio climático y que la acción más importante que podría ayudar a reducir la desnutrición es el apoyo a la agricultura familiar y sostenible.


También en España cada vez son más las Cáritas Diocesanas e Interparroquiales que apuestan por los huertos ecológicos como una manera de generar empleo, apoyar la agricultura no contaminante y sensibilizar sobre el consumo responsable. Los proyectos impulsados por las Cáritas de Castellón, Granada, Canarias, Pamplona y Tudela, entre otros, son sólo algunos ejemplos de este compromiso de Cáritas por la agricultura sostenible y el cuidado del medio ambiente.