Llega el momento del Padrenuestro en la misa, y algunos fieles levantan las manos (a no mucha altura) para rezarlo; otros, se toman de la mano. Hay quien dice que lo correcto es no hacer ninguna de ambas cosas.

Cuando se pregunta a los liturgistas, algunos dicen que no está prohibido, mientras que otros señalan que no basta con que no esté prohibido para que se haga, especialmente si rompe la sensación de "unidad" del pueblo.

Es verdad que en su párrafo 42, la Instrucción General del Misal Romano dice que "la uniformidad de las posturas, que debe ser observada por todos los participantes, es signo de unidad de los miembros de la comunidad cristiana congregados para la sagrada Liturgia: expresa y promueve, en efecto, la intención y los sentimientos de los participantes".

Pero es evidente que esta "uniformidad de las posturas" es bastante laxa y no es como la de un desfile militar norcoreano: la Iglesia no dice si las manos van delante, o detrás, si los pies van juntos o uno puede adelantarse, si es posible apoyar una mano en un respaldo, etc... Solo dice que el Padrenuestro en misa se reza de pie.

Ahora los obispos de Filipinas han tomado una decisión oficial, conjunta y firme (quizá son los primeros del mundo en hacerlo). Declaran que tanto levantar las manos (la llamada "postura del orante") como tomarse de las manos (levantadas o no) es lícito para los fieles durante el Padrenuestro de la misa (fuera de la misa, es decir, fuera de la liturgia, cada familia o grupo de amigos puede hacer como prefiera). También es lícito no hacer ninguna de las dos cosas.

Así lo establecen, tras años de debate larvado, los obispos filipinos reunidos el 14 de julio en su encuentro anual en Kalibo, con una circular fechada el 16 de julio.

La circular de los obispos filipinos (aquí en JPG) lleva el sello de la Comisión Episcopal de Liturgia, y la firma el presidente de la Comisión, el arzobispo de Capiz, Victor B.Bendico.

Citando instrucciones en italiano de 1963

En un texto de una sóla página se explica que "sobre este asunto, el misal romano en italiano que da algunas indicaciones a las conferencias episcopales nacionales para las normas litúrgicas establece: 'Durante el canto o recitación del Padrenuestro, uno puede estirar los brazos; este gesto, si se explica adecuadamente, debe hacerse con dignidad en una atmósfera fraternal de oración" (CEI, Commissione Episcopale per la Liturgia, Precisazioni circa la normativa liturgica, seconda edizione italiana, LEV, Città del Vaticano, 1963, p.LI).

En italiano se lee: "Durante il canto o la recita del Padre Nostro si possono tenere le braccia allargate; questo gesto, purché opportunamente spiegato, si svolga con dignità in clima fraterno di preghiera”.

Así, ese texto de 1963 -hace sesenta años- no sólo se refiere a "manos abiertas" sino a "brazos alargados".

Los obispos filipinos argumentan que ya que la Instrucción General del Misal Romano "calla sobre el tema, tanto prohibirlo como prescribirlo va contra la intención de la Instrucción. Ambos gestos [alzar las manos o tomarse de la mano, nota de ReL] son litúrgicamente aceptados para acompañar la oración del Padrenuestro. Se nos exhorta, por lo tanto, a ejercer un respeto sincero al otro en el gesto que expresemos durante la oración".

Y añaden luego: "Los fieles pueden recitarlo o cantarlo con el gesto que mejor les ayude a experimentar y a expresarse ellos como hijos de Dios. Para muchos de los fieles, es alzar las manos en la postura orante como mejor expresan el amor filial y la reverencia de esta oración. Nada en las Escrituras ni en la tradición cristiana les prohíbe hacerlo. Orar con los brazos extendidos evoca la actitud bíblica de la persona que reza (ejemplos: Moisés en Éxodo 17, 8-16; Salomón en 1 Reyes 8,54; la instrucción de Pablo a Timoteo es "orar alzando unas manos santas" (1 Timoteo 2,8).

Ya se trató en 2023 y en 2005

Entre los obispos de Filipinas el tema ya se trató en anteriores ocasiones. En febrero de 2023, una circular del arzobispo de San Fernando (una diócesis con 2,4 millones de fieles), Florentino Lavarias, recordaba que ya en 2005 los obispos hicieron circular una nota afirmando que "no hay prohibición de tomarse de las manos cantando el Padrenuestro". El texto de febrero del arzobispo Lavarias ya citaba la nota italiana de 1963.

El cardenal arzobispo de Manila (una diócesis de 2,8 millones de católicos), José Fuerte Advíncula, difundió su propio comunicado apoyando la decisión y añadiendo que la oración del Padrenuestro en misa debe hacerse "en armonía con la naturaleza de la oración y en deferencia a otros presentes en la celebración". Matizó que no es correcto para los pastores prohibir a los fieles alzar sus manos en esta parte de la misa, pero tampoco es correcto que les pidan alzar las manos.

En cualquier caso, los obispos de Filipinas han tomado una postura firme donde otros no se atrevían a decir gran cosa. Por ejemplo, en la web de la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU, cuando se les plantea directamente la pregunta, se limitan a responder "el Misal Romano no establece ninguna posición como gesto de la asamblea durante el Padrenuestro" (es decir, ni dicen lo que hay que hacer, ni lo que no hay que hacer).



Costumbres recientes

Entre los católicos, como entre los cristianos orientales o los judíos, siempre ha existido la posibilidad y la costumbre de rezar en su oración personal o privada elevando las manos al Cielo (postura mencionada muchas veces en la Biblia).

Pero aquí lo novedoso era hacerlo los laicos en misa. Antes del Vaticano II, los fieles no sólo no levantaban las manos en el Padrenuestro, sino que ni siquiera rezaban el Padrenuestro en misa, porque estaba reservado al sacerdote, que elevaba las manos en representación del pueblo. Con la reforma litúrgica, los fieles deben rezar el Padrenuestro en voz alta. La norma litúrgica dice que el sacerdote eleva las manos, pero no dice nada de la postura del fiel, más allá de que está de pie.

Católicos rezan el Padrenuestro en una misa de vigilia provida en EEUU: unos alzan manos y otros no; los obispos filipinos dice que eso es perfectamente correcto.

En muchos países, la costumbre de orar el Padrenuestro tomados de las manos se fue extendiendo sobre todo a partir de las misas familiares o infantiles o de campamentos. Muchos niños aprenden a hacerlo así y se ha extendido. Además, es común que los niños, incluso en otras misa, tomen de la mano a sus padres y que las familias se tomen de la mano, costumbre que se mantiene incluso si crecen. Además, cuanto más numerosa es la familia, más práctico es tomarse de la mano.

La influencia neocatecumenal y carismática

En cuanto a la costumbre de alzar las manos al rezar el Padrenuestro, parece que se extendió primero entre las Comunidades Neocatecumenales (muy numerosas en España) y en la Renovación Carismática Católica (corriente muy numerosa en EEUU, Filipinas y países hispanoamericanos, que además tiene la peculiaridad de levantar las manos en muchas otras ocasiones de oración, aunque no durante las misas parroquiales).

Muchos fieles que no son ni carismáticos ni neocatecumenales pueden haber tomado la costumbre de levantar las manos en el Padrenuestro porque lo han visto hacer a esos otros hermanos, les han imitado, y consideran que les ayuda a rezar. En algunos países y ambientes también puede haber cierta influencia de los protestantes e incluso de los musulmanes, que también oran abriendo las manos.

Es, en cualquier caso, un gesto que expresa el abrirse a recibir algo de Dios, igual que un niño quiere recibir algo de su padre. Según como se extiendan los brazos, puede imitar también el deseo del niño de ser tomado en brazos por su padre. En algunos ambientes neocatecumenales, se suele comentar que Cristo oró con los brazos extendidos en la Cruz, pero tradicionalmente se les ha respondido que, en concreto en la misa, el papel de Cristo lo encarna el sacerdote, no el pueblo orante.