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P.J.Ginés/La Razón/Agencias) Monseñor Rino Fisichella es desde algo menos de un año el sucesor de Elio Sgreccia al frente de la Pontificia Academia para la Vida, además de rector de la Universidad Lateranense. En la guerra por una cultura de la vida y una ciencia y medicina ética, es el primer «general» del Papa. Ayer estuvo en Madrid presentando la Cátedra de Bioética Jerome Lejeune, que toma el nombre del genetista católico que hace 50 años descubrió la trisomía del par 21, causa del síndrome de Down. Firme opositor del aborto, Lejeune está en proceso de beatificación.
- ¿Por qué hablar de Lejeune? - Como científico y católico dio una gran contribución a la sociedad. Es un ejemplo más de que la Iglesia siempre ha apoyado la investigación científica, pero pidiendo que sea ética, respetando a cada ser humano, incluso al embrión. -
Hay clérigos que enseñan, en parroquias o en universidades católicas, que no hay individuo humano hasta el día 14, o la implantación, o más tarde. ¿Qué deben hacer los fieles en estos casos? - Muy sencillo. Que le digan a ese cura que vuelva a la escuela. No es un tema subjetivo, es una verdad científica: el individuo humano empieza con la concepción. -
Ha causado alboroto su artículo en "L´Osservatore Romano", sobre la excomunión de los adultos implicados en el aborto de una niña brasileña de 9 años embarazada de gemelos. - Mi artículo es claro y ninguna frase estaba equivocada. Quiere mostrar afecto a esa niña violada, algo que nadie debe olvidar. Dice que la doctrina de la Iglesia sobre el aborto no puede cambiar. Quien provoca un aborto directo queda excomulgado. En caso de conflicto grave entre la madre y el bebé, el artículo reconoce el fuerte conflicto de conciencia de la profesionalidad médica. Lo que pasó después fue una manipulación y tergiversación de mi artículo. Nadie puede creerse que el presidente de la Academia de la Vida esté a favor del aborto.
-Pero... ¿ha hablado usted con el obispo de Recife por teléfono sobre este caso, o con el párroco de la niña, el padre Edson? - No he hablado con ellos por teléfono. No veo por qué. No veo qué interés tiene.
-¿Y no ha leído el análisis del caso completo del párroco de la niña, el padre Edson, en padreedson.blogspot.com? - Podría haberlo publicado antes de mi artículo, y no después. Además, mi artículo alaba a todo el que ayude a esa niña a recuperar la confianza y el amor. El párroco, los cercanos a ella, y yo mismo ahora me siento cercano. Debemos restituirle la alegría de vivir.
- ¿Cómo explicaría a una persona sencilla, sin estudios, por qué está mal hacer "bebés medicamento"? - Diría que el fin no justifica los medios. Esto está en nuestra base social, jurídica, civil. No es como experimentar con animales. He leído que en España quieren dar derechos a los chimpancés. Pues mucho más habrá que darlos a la persona humana, también en su fase de embrión. La Cátedra de Bioética Jérôme Lejeune estará dirigida por la doctora Mónica López Barahona y su objetivo es investigar los códigos de la vida desde el momento de la concepción. En sus cursos se tratará objetivamente el estado actual de la investigación con células troncales (células madre) y se analizará la legislación española respecto al inicio y final de la vida (aborto, fecundación in vitro, eutanasia). Los cursos que impartirá la Cátedra de Bioética Jérôme Lejeune van dirigidos a todo aquel que desee recibir una formación básica en estas cuestiones que le permita discernir y argumentar sobre ellas, y su rigor científico no impedirá el empleo de un lenguaje cercano y accesible para todos. El primero de los cursos de este año comienza el próximo 30 de marzo. Al acto de presentación asistieron la viuda del doctor Lejeune y el presidente de la Fundación que lleva su nombre, así como númerosos participantes en el "II Encuentro Mundial de Parlamentarios y Gobernantes por la familia y la vida", como la diputada española Blanca Fernandez-Capel o La senadora argentina, Liliana Negre.