Un juez federal de Estados Unidos paralizó este lunes de manera cautelar la financiación pública de las investigaciones con células madre en el país, en un revés a una de las apuestas más polémicas del presidente Barack Obama en materia científica.

El tribunal dio la razón a un grupo de investigadores que en junio demandaron a los Institutos Nacionales de Salud, una división del Departamento de Salud de EEUU, por haber autorizado el uso de 13 líneas de células madre producidas por científicos en Boston y Nueva York.

Con esa medida, aprobada en diciembre de 2009, la administración de Obama revertió la política del anterior ejecutivo en el controvertido campo de la investigación con células estaminales embrionarias.

Los demandantes, el grupo sin fines de lucro Nightlight Christian Adoptions, han argumentado que este tipo de investigación es inmoral, pues supone "la destrucción de embriones humanos", según los documentos de la demanda.

Esa posición recibió este lunes el respaldo del juez del Distrito de Columbia Royce Lamberth, quien aclaró que la directiva aprobada en diciembre viola una ley que prohíbe el uso de fondos federales para destruir embriones humanos.

"La investigación con células madre implica claramente la destrucción de un embrión humano", dijo Lamberth en una resolución de 15 páginas.

"Como se ha demostrado con el lenguaje sencillo del estatuto, la intención clara del Congreso es prohibir el gasto de fondos federales en ´investigaciones en las que se destruye uno o varios embriones humanos´", escribió Lamberth.

"La cuestión ante la Corte era determinar si la investigación con células madre embrionarias es una investigación en la que los embriones humanos se destruyen. La Corte concluyó que sí lo es", agregó el juez.

La demanda recibió el apoyo de diversos sectores de la sociedad que se oponen al uso de embriones humanos para la investigación, y a cuyas reivindicaciones respondió en su momento el ex presidente George W. Bush, al aprobar restricciones a la financiación pública de esos estudios, cuya moralidad es puesta en tela de juicio por diferentes grupos y personallidades.

Sin embargo, el sector privado continuó profundizando en este campo, y casi media docena de estados han aprobado desde entonces leyes que permiten la financiación estatal de otras líneas de investigación con células madre.