La posibilidad de que el Papa Benedicto XVI emprenda un viaje a Vietnam está cada vez más lejana dado el carácter complejo de las actuales negociaciones entre la Santa Sede y el país asiático, sostiene el experto en asuntos vaticanos Sandro Magister.
 
En su último artículo titulado «Vietnam. Cuánto cuesta un acuerdo diplomático», el vaticanista presenta la tesis de que la renuncia del arzobispo de Hanoi, Joseph Ngo Quang Kiet, contrario al régimen vietnamita, ha sido el precio que ha tenido que pagar la Santa Sede para lograr el nombramiento de un representante suyo ante el gobierno.
 
El arzobispo, «desde hace tiempo en conflicto con el gobierno, ha dimitido, aunque tenía sólo 58 años, oficialmente por motivos de salud, y en su lugar ha sido colocado otro obispo juzgado más proclive al régimen».
 
«Pero no sólo eso. Pocas semanas después la Santa Sede ha anunciado en acuerdo con las autoridades vietnamitas, que pronto nombrará un representante suyo ante el gobierno de Vietnam. Un paso interpretado por todos como un preludio al establecimiento de relaciones diplomáticas oficiales entre la Iglesia de Roma y este país», prosigue Magister.
 
La concatenación entre ambos hechos, sostiene «ha inducido a muchos a interpretar la sustitución del obispo de Hanoi como un precio que Roma tuvo que pagar para favorecer las negociaciones. Vietnam es uno de los pocos países que no mantiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede, junto a China y Arabia Saudita».
 
Un juego más complejo
Magister señala que, en realidad,  «el juego es más complejo» pues «se trata de un país asiático en el cual la presencia de la Iglesia es fuerte y vital. En Vietnam los católicos son más de 6 millones, el 8 por ciento de los 84 millones de habitantes. Y están en aumento, con muchos miles de bautismos de adultos y numerosas nuevas vocaciones religiosas y monásticas cada año».
 
Al resaltar el intenso activismo de los católicos vietnamitas y la fuerte oposición del  régimen comunista, el analista comenta que «en los últimos años los católicos han intensificado su acción, siempre pacífica», pero que la opinión pública internacional está muy poco informada acerca de estas, a pesar de que movilizan cientos de miles de personas.
 
«A este silencio contribuye la extrema cautela con la que las autoridades vaticanas se mueven. L´Osservatore Romano, aún siendo rico en informaciones internacionales, guarda silencio sobre las manifestaciones públicas de los católicos en Vietnam. En el 2008 el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone escribió al obispo de Hanoi que contenga a sus fieles, para no dañar "el diálogo con las autoridades"», añade.
 
Por todo ello, afirma, «se aleja la hipótesis de un viaje de Benedicto XVI» a Vietnam.