Rafael Navarro Valls, académico de Número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, ha afirmado en su ponencia que la nueva Ley del Aborto «contiene graves taras de inconstitucionalidad de contrastada evidencia».

Por su importancia, ha destacado que la interrupción del embarazo no puede declararse un «derecho subjetivo» de la mujer, ni en España ni en ningún otro lugar; así como una profunda reflexión sobre el aborto en términos de eugenesia. Como ejemplo, comentó la paradoja que se produjo durante la celebración en la Moncloa del título de campeón del mundo de la selección española de fútbol: Mientras se miraba con afecto y simpatía al hijo del seleccionador, un muchacho con síndrome de Down, el gobierno respalda y alimenta la propia ley que difícilmente va a dar cabida social a personas con este perfil. Estas y otras contradicciones normativas son incompatibles con la seguridad y certeza jurídicas puesto que «no se especifican qué derechos fundamentales se protegen y cuál es su contenido».
 
El catedrático de derecho de la Complutense explica que la nueva ley del aborto no defiende en ningún caso los derechos del concebido y que interpreta al nasciturus como una parte de la mujer y no como un ente autónomo con sus propios derechos. También hizo hincapié en otra paradoja en la que incurre el gobierno al defender una ley de dependencia que ampara a los más desfavorecidos socialmente y en cambio, no reconoce los derechos de los más débiles, los no nacidos. Es el Robin Hood posmoderno, que en el presente roba al más desamparado y no al más rico.
 
Además, el autor de «Entre la Casa Blanca y el Vaticano», ha afirmado que es un interesante adelanto el que cinco magistrados del Tribunal Constitucional hayan votado a favor de suspender la polémica Ley, con lo cual «podría llegarse a una declaración de inconstitucionalidad», como ha concluido Navarro-Valls.