La Conferencia Episcopal de Malawi (que cuenta con 8 obispos y 2 obispos auxiliares y sirve a unos 7 millones de católicos) ha difundido este martes una "clarificación sobre la declaración" Fiducia Supplicans.

"Para evitar confusión entre los fieles establecemos que, por razones pastorales, las bendiciones de cualquier tipo para uniones del mismo sexo de cualquier tipo no se permiten en Malawi", decretan los obispos de este país africano, donde un tercio de la población es católica, y la mayor parte de sus paisanos son cristianos de otras denominaciones.

"La declaración [Fiducia Supplicans] dice que los ritos y oraciones que podrían crear confusión entre lo que constituye matrimonio y lo que lo contradice no están permitidos", dicen los obispos de Malawi remitiéndose al párrafo 11 de Fiducia Supplicans.

(Hay que matizar que en realidad lo que dice Fiducia en ese párrafo se refiere solo a las bendiciones litúrgicas, mientras que el resto de Fiducia permite bendiciones no litúrgicas. Fiducia, en ese párrafo 11, y remitiéndose al texto de 2021 del cardenal Ladaria, declara: "Dado que la Iglesia siempre ha considerado moralmente lícitas sólo las relaciones sexuales que se viven dentro del matrimonio, no tiene potestad para conferir su bendición litúrgica cuando ésta, de alguna manera, puede ofrecer una forma de legitimidad moral a una unión que presume de ser un matrimonio o a una práctica sexual extramatrimonial").

Los obispos de Malawi clarifican Fiducia

Los obispos de Malawi empiezan su nota haciendo "observaciones y clarificaciones".

Primero, aseguran que Fiducia "no trata de las bendiciones de uniones del mismo sexo y del apoyo sacramental de las mismas como parejas casadas. No, este documento nace de las preguntas a la Congregación de Doctrina de la Fe sobre si las bendiciones de Dios a través de sus ministros pueden extenderse a todo el mundo independientemente de su estado, de ahí que se titule "sobre el significado pastoral de bendecir" y NO "sobre la bendición de uniones del mismo sexo".

Los obispos de Malawi recuerdan que la declaración insiste en que el matrimonio es "una unión exclusiva, estable, indisoluble entre un hombre y una mujer, naturalmente abierta a la generación de hijos".

Todo el mundo ya podía y aún puede acceder a bendiciones ordinarias

Los obispos también reconocen que "respecto a las bendiciones ordinarias cuyos receptores pueden ser personas, objetos de culto y devoción, imágenes sagradas, lugares de trabajo, frutos de la tierra, etc, estas bendiciones pueden darse a cualquiera y a cualquier cosa teniendo en cuenta que la gran bendición de Dios es Jesucristo, la Palabra Eterna con la que el Padre nos bendijo cuando aún éramos pecadores" (aquí citan el párrafo 2 de la introducción de Fiducia).

"Es en ese contexto en el que las uniones de parejas del mismo sexo o aquellos que viven en uniones irregulares pueden pedir y acceder a las bendiciones ordinarias no litúrgicas que la Iglesia siempre ha dado a cualquiera que las pidiera. Al hacerlo, debemos tener cuidados de que esas bendiciones no se construyan como 'un acto litúrgico o semilitúrgico, similar a un sacramento'", añaden los obispos.

Es decir, entienden que todo el mundo, estuviera en una relación homosexual o en unión libre, ya podía acceder a las mismas bendiciones populares que ya se impartían desde siempre a cualquiera que lo pide y que no hay que establecer nada peculiar ni especial para ellos.

Y finalizan dejando claro "a todos los católicos y a aquellos interesados en la enseñanza católica que la enseñanza de la Iglesia Una Santa Católica y Apostólica sobre el matrimonio sigue siendo la indicada en el párrafo 4: una unión exclusiva, estable, indisoluble entre un hombre y una mujer, naturalmente abierta a la generación de hijos".