Tan sólo en un día, el pasado 3 de octubre, se produjeron al menos 13 episodios de violencia contra comunidades cristianas en los estados indios de Uttarakhand, Haryana, Uttar Pradesh, Chhattisgarh y Madhya Pradesh y en Nueva Delhi, capital del país, por parte de radicales hindúes.

La Agencia Fides ha recibido estas denuncias de parte la Comisión para la Libertad Religiosa de la “Evangelical Fellowship of India” (EFI), una organización que reúne a comunidades y confesiones de grupos cristianos evangélicos. En varios incidentes, gritando eslóganes que alababan al dios hindú Ram, las multitudes enfurecidas han golpeado a los fieles reunidos en oración, destruyendo muebles, fotografías e instrumentos musicales, y devastando varias salas de culto.

“Condenamos inequívocamente los deplorables ataques contra las iglesias y los cristianos. Los miembros del Sangh Parivar (grupo extremista hindú) responsables de estas acciones criminales deben ser llevados inmediatamente ante la justicia y recibir el castigo adecuado para que dejen de realizar actividades violentas e inconstitucionales”, afirma a la Agencia Fides el padre jesuita Cedric Prakash, promotor de los derechos humanos y la libertad religiosa.

Además, recuerda este sacerdote que “nadie tiene derecho a utilizar la ley a su antojo. Además, según la Constitución, todo ciudadano tiene el derecho fundamental de predicar libremente la religión de su elección”. El jesuita ha señalado que en las zonas del norte de la India "la violencia va en aumento: las víctimas son siempre las minorías religiosas y las comunidades marginadas, como los agricultores o los dalits".

Según la lista enviada a la Agencia Fides, los actos de violencia física y psicológica (con acusaciones de conversión) perpetrados el 3 de octubre han sido los siguientes: en Maharajganj, Uttar Pradesh, el pastor Durgesh Bharti estaba dirigiendo una reunión de oración en la casa de otros cristianos en el pueblo de Nasirabad. Llegaron algunos fanáticos y comenzaron a maltratarlos y a amenazarlos. Al cabo de un rato llamaron a la policía. La policía llegó y se llevó al pastor Durgesh a la comisaría de Paniyara.

En Jaunpur, Uttar Pradesh, el pastor Prem Singh Chauhan fue detenido: había una falsa denuncia de conversión forzada contra él.

En la aldea de Hasanpur Baru, en el distrito de Hathras de Uttar Pradesh, el pastor Suraj Pal fue informado por la comisaría de Sadabad de que se había presentado una denuncia por conversión forzada contra él. Tras el interrogatorio, el pastor fue puesto en libertad al comprobarse que los cargos eran infundados. En la aldea de Chak Gordhan, Bijanaur, también en Uttar Pradesh, el pastor Dinesh regresaba a su casa tras concluir una oración dominical. En el camino fue detenido por dos policías que le ordenaron presentarse en la comisaría local al día siguiente. En Maharajganj, siempre en Uttar Pradesh, la reunión de oración del pastor Shrinivas Prasad fue interrumpida por elementos violentos. Mientras protestaba por la interrupción, una chica cristiana también fue agredida y golpeada. En Azamgarh, en el mismo estado de Uttar Pradesh, el pastor Nandu Nathaniel y su esposa fueron detenidos en virtud de la "Ley Anticonversión" de Uttar Pradesh, basándose en una denuncia presentada por personas que viven cerca de su sala de culto.

En el estado de Chhattisgarh, en la aldea de Kusumi, los cristianos fueron atacados dos veces por los aldeanos: una vez por la mañana y otra por la tarde, según la información del "Foro Cristiano de Chhattisgarh". Los aldeanos entraron en la pequeña sala utilizada como capilla, la destruyeron y golpearon a un niño de 12 años que estaba dentro. En Bhilai, también en Chhattisgarh, el pastor Santosh Rao fue citado en la comisaría, donde se le acusó de llevar a cabo una conversión religiosa ilegal.

En Karnal, estado de Haryana, una mujer cristiana y unos 25-30 creyentes más fueron atacados por miembros de un grupo extremista durante una liturgia dominical. Fueron amenazados, golpeados, puestos en fuga y la casa donde los cristianos rezaban fue saqueada.

En Roorkee, Uttarakhand, unos 500 extremistas irrumpieron en una sala donde se habían reunido 15 fieles para la oración dominical. Tanto las mujeres como los hombres fueron atacados y golpeados por los extremistas. Cinco cristianos sufrieron heridas y uno de ellos, Rajat Kumar, se encuentra en estado crítico. En Jwalapur (Uttarakhand), grupos radicales hindúes, acompañados también por algunos policías, interrumpieron un servicio religioso, amenazando a los cristianos presentes. Vipin Kumar, pastor de la comunidad, informó de que los fieles estaban asustados y no presentaron cargos.

En Hoshangabad, Madhya Pradesh, unos extremistas interrumpieron el culto de un grupo de creyentes, acusando a los cristianos de convertir a la gente al cristianismo.

Por último, en Asola Fatehpur Beri, en la zona capitalina de Nueva Delhi, 12 hombres fueron a la casa del pastor Santosh Dan y le amenazaron por proclamar el Evangelio, acusándole de intentar convertir a la gente mediante engaños o medios ilegales. Le intimidaron para que no dejara entrar a ningún hindú en su casa por ningún motivo.

“La violencia en 13 lugares de los estados del norte de la India no es aleatoria ni obra de elementos aislados. Se trata de un trabajo sistemáticamente orquestado y sincronizado para intimidar a la comunidad cristiana, especialmente contra las comunidades pequeñas, vulnerables y aisladas, en los estados indios conocidos por este tipo de violencia selectiva”,  Así declara a Fides el escritor y periodista católico John Dayal, ex presidente de la Unión Católica de toda la India.

Según Dayal, "la violencia pone en práctica las amenazas expresadas públicamente por elementos de grupos extremistas como el Sangh Parivar, que piden que se prive a las comunidades cristianas y musulmanas de la India de sus derechos de ciudadanía”.