Líbano es uno de los países más pequeño de Oriente Medio pero sin duda, uno de los más importantes de esta zona geográfica. De hecho, en un territorio similar al de Asturias, se concentra la vida, los sueños y esperanzas no solo de los libaneses, sino de una comunidad que vive desde hace años amenazada en toda la región: los cristianos.

El llamado “país de los cedros”, aparece citado en la Biblia hasta 72 veces. También es Tierra Santa, pues fue uno de los lugares en los que predicó Jesús e hizo milagros. Las ciudades de Tiro y Sidón, en la costa sur libanesa, escucharon hace dos mil años la voz del Mesías que traía la paz y la esperanza para los hombres de toda condición.

Precisamente el mensaje de Jesús es muy necesario hoy, pues Líbano atraviesa momentos difíciles. Después de 20 años de guerra civil, tras unas décadas de paz y convivencia que son ejemplares, el país vuelve a necesitar mucha esperanza. San Juan Pablo II en 1997, durante su visita a esta nación, afirmó que “El Líbano es más que un país, es un mensaje”. Y queremos que este mensaje no se apague.

Mensaje de fe, porque sigue siendo el único país de Oriente Medio donde los cristianos tienen una fuerte representación social: son el 35% de la población, de diversos ritos católicos y ortodoxos. Mensaje de convivencia: hay hasta 18 grupos religiosos, que con sus dificultades, conviven en armonía. Mensaje de acogida: Líbano siempre ha recibido oleadas de refugiados, sosteniendo a los que huían de la guerra o la persecución. Hoy 1 de cada 3 habitantes son refugiados.

Tras años de crisis económica, con cada vez más paro, con los bancos cerrados, aumento de la inflación, crecimiento de los precios, crisis política que ha sembrado el país de manifestaciones en las calles, nueva crisis por el coronavirus… Ahora la explosión del pasado 4 de agosto en el puerto de Beirut, la capital, parece ser el colmo de las desgracias. Ayuda a la Iglesia Necesitada respondió de inmediato en septiembre a las necesidades más urgentes: la financiación de paquetes de alimentos para 5.880 familias, por valor de 250.000 euros. Y va a seguir ayudándoles para que los cristianos libaneses y las personas a las que ayuda la Iglesia allí, puedan recuperar sus vidas.

Recientemente un equipo de Ayuda a la Iglesia Necesitada ha podido visitar Beirut y otras zonas necesitadas. Los sacerdotes, las religiosas, los jóvenes laicos, las miles de personas a las que ayudan, nos han dicho: “Si el Líbano fracasa, el mundo fracasa”. No vamos a dejar que esto pase. Porque su sufrimiento es el nuestro, igual que un cuerpo con todos sus miembros, cuando uno sufre, sufren todos, como escribe San Pablo en sus cartas. ¿Te unes para juntos levantar de nuevo la Iglesia libanesa? Y en esta misión nos acompaña la Virgen María, Nuestra Señora del Líbano, que desde la montaña de Harissa, a las afueras de Beirut, no se ha quedado indiferente ante el sufrimiento de su pueblo. Ella también cuenta contigo.

Puedes ayudar a los cristianos del Líbano a través de Ayuda a la Iglesia Necesitada, AQUÍ