En África todavía hay muchos niños que son abandonados, e incluso mueren, porque son considerados brujos por sus familias, que creen en antiguas supersticiones o en un sincretismo que mezcla creencias varias. Y hay una monja que en Nigeria se dedica a salvar a estos pequeños “brujos”.

Este es un ejemplo. Tres años después de acoger a Inimffon Uwamobong, de 2 años, y a su hermano menor, la hermana Matylda Iyang finalmente conoció a la madre que los había abandonado. "Su madre regresó y me dijo que tanto Inimffon como su hermano menor eran brujos, y me pidió que los echara del convento", cuenta la hermana Iyang, que supervisa el Hogar de Niños Madre Charles Walker en las Esclavas del Santo Niño.

Tal acusación no es nueva para la hermana Iyang. Desde que abrió la casa en 2007, ha cuidado a decenas de niños desnutridos y sin hogar de las calles de Uyo; muchos de ellos tenían familiares que creían que eran brujas.

Los hermanos Uwamobong mejoraron y pudieron asistir a la escuela, pero la hermana Iyang y otros miembros de los servicios sociales se encuentran a menudo casos como estos...

Abandonados, abusados y hasta asesinados

Los trabajadores sociales y de atención médica dicen que algunos padres tildan a los niños de brujos por diferentes razones. Los pequeños sujetos a tales acusaciones a menudo son abusados, abandonados, víctimas del tráfico de personas o incluso asesinados, según UNICEF y Human Rights Watch.

Inimffon Uwamobong fue una de las primeras niñas rescatadas por esta monja

En toda África, se entiende culturalmente que una bruja es el ejemplo del mal y la causa de la desgracia, la enfermedad y la muerte. En consecuencia, la bruja es la persona más odiada en la sociedad africana y está sujeta a castigos, torturas e incluso la muerte.

Tal y como recoge Catholic News Service, el padre Dominic Akpankpa, director ejecutivo del Instituto Católico de Justicia y Paz de la Diócesis de Uyo, dijo “si afirmas que alguien es una bruja, tendrías que demostrarlo”, dijo. Agregó que la mayoría de los acusados ​​de brujería podrían estar sufriendo complicaciones psicológicas y “es nuestro deber ayudar a estas personas con consejería a salir de esa situación”.

Las acusaciones de brujas y el abandono de niños son comunes en las calles de Akwa Ibom. Si un hombre se vuelve a casar, dijo la hermana Iyang, la nueva esposa puede ser intolerante con el niño después de casarse con el viudo y, como tal, echará al pequeño de la casa.

"Para lograrlo, ella lo acusaría de ser una bruja", dijo la hermana Iyang. “Es por eso que encuentras muchos niños en las calles y cuando les preguntas te dirán que fue su madrastra quien los echó de la casa”, asegura esta religiosa

El código penal de Nigeria prohíbe acusar, o incluso amenazar con acusar, a alguien de ser brujo. La Ley de derechos del niño de 2003 tipifica como delito someter a un niño a torturas físicas o emocionales o someterlo a tratos inhumanos o degradantes.

En el Hogar de Niños Mother Charles Walker, donde la mayoría de los niños son acogidos y enviados a la escuela con una beca, la hermana Iyang demuestra el compromiso de la Iglesia Católica con la protección de los derechos del niño. Dijo que la mayoría de los jóvenes desnutridos que recibe la orden son aquellos que perdieron a su madre durante el parto "y sus familias nos los traen para que los cuidemos".

Desde que abrió el Hogar de Niños Mother Charles Walker en 2007, la hermana Iyang y el personal han cuidado a unos 120 niños. Alrededor de 74 se han reunido con sus familias, dijo. "Nos quedan 46 ahora", dijo, "con la esperanza de que sus familias algún día los recojan o tengan padres adoptivos".