El obispo de Bala, Jean Maríe Benoît, apareció muerto el pasado mes de junio en Camerún en extrañas circunstancias. Mientras los obispos hablaron de asesinato las autoridades se decantaron por el suicidio. Las causas no llegaron a aclararse y dos meses después un hecho ha vuelto a enturbiar este caso después de que se haya profanado su tumba en la catedral de Bafia.

“Se ha producido un claro acto de profanación en la Catedral de Bafia en la noche entre el domingo 27 y el lunes 28 de agosto. Se han encontrado rastros de sangre en la catedral”, ha informado Sosthène Léopold Bayemi Matjei, obispo de la cercana diócesis de Obala, que fue enviado al lugar por Kome Abraham, obispo de Bafang y Administrador Apostólico de Bafia, tal y como recoge Fides.

Los restos de sangre estaban sobre la tumba de Jean Marie Benoît Bala, obispo de Bafia, cuyo cuerpo fue hallado son vida en el río Sanaga, el 2 de junio.

Después de la profanación, se ha decidido cerrar la catedral de San Sebastián al público, que sólo será reabierta después de la reparación del lugar. “La catedral está cerrada al culto público hasta que se celebre un rito penitencial según lo prescrito por el Código y el rito litúrgico”, ha declarado Monseñor Sosthène Bayemi.