La libertad o la muerte de Asia Bibi se decide en estos días, y cuando se esperaba una decisión definitiva del Tribunal Supremo de Pakistán, los tres jueces aplazaron el veredicto remarcando que existen contradicciones en las declaraciones de los testigos acerca de lo ocurrido, así como del momento concreto en el que esta cristiana supuestamente habría blasfemado contra Mahoma.

Esta decisión parece evidenciar de nuevo la inconsistencia de las acusaciones. Sin embargo, la presión de los islamistas lleva años complicando la situación. De hecho, miles de extremistas islámicos salieron este sábado a la calle para pedir la ejecución de esta mujer. “¡Ahorcar a Asia Bibi, ahorcar a Asia Bibi!”, cantaban estos manifestantes.

"Todos saben que es inocente"

Paul Bhatti, médico y hermano del Shahbaz Bhatty, el ministro que fue asesinado en 2011 por defender públicamente a Asia Bibi, asegura a Tempi que “todos saben que Asia Bibi es inocente y que el juez que dirigió la corte es serio y valiente”.

Paul Bhatti lleva años jugándose la vida por defender a Asia Bibi 

Conociendo al juez, Bhatti afirma con rotunidad que “el presidente de la Corte, Mian Saqib Nisar, ya ha tomado decisiones difíciles e incómodas en su carrera. Estoy seguro de que Asia Bibi será liberada”.

El precedente de Rimsha Masih

Para explicar la decisión de los jueces de aplazar el veredicto, el hermano del ministro asesinado asegura que “hay que tener en cuenta la situación” pues Asia Bibi “no está segura en Pakistán, debemos protegerla: el gobierno y los jueces lo saben”.

Y para ello pone el ejemplo de Rimsha Masih, una menor cristiana que también fue acusada de blasfemia y fue absuelta. En aquel caso “el gobierno proporcionó vehículos y helicópteros para sacarla del país, de manera segura, a Canadá”.

Algo similar podría darse con Asia. En opinión de Bhatti, “está claro que cuando se anuncie la absolución habrá grandes manifestaciones de extremistas islámicos, y por lo tanto, debemos tomar las precauciones necesarias. Sin embargo, el gobierno y los jueces han demostrado que tienen el coraje de tomar decisiones difíciles como cuando ejecutaron al asesino de Salman Taaser, que fue ahorcado”.

Pese a todo, no cree que la absolución de Asia Bibi pudiera cambiar la ley de blasfemia. “Debemos ser honestos: el principal problema no es la ley. Nadie ha sido condenado a muerte definitivamente en Pakistán. El problema son los extremistas que, ante una simple acusación, se sienten con derecho a matar al acusado. Aunque nada se ha intentado. Es la ideología islámica que domina en Pakistán la que necesita ser cambiada. Este es el punto”.