Trabaja todos los días con esmero en tierras de cultivo, pero cuando lo llaman a enterrar a un fiel de su parroquia, detiene su trabajo y sigue a los familiares de los fallecidos.

Es Shibu Gomes, un católico de 55 años, que desde hace 40 años entierra de forma gratuita a los católicos de la iglesia de Bonpara en Natore, en la diócesis de Rajshahi, en Bangla Desh. 

Su contribución es vital para la comunidad, y los parroquianos confían en la ayuda voluntaria de este buen católico, que desde hace años lleva a cabo una de las obras de misericordia corporales subrayadas por el Papa Francisco para el Jubileo.

Shibu vive en el pueblo de Bahimaly, a dos kilómetros de distancia de la iglesia, y es descrito por todos como alguien que está "siempre con una sonrisa."

Él viene de una familia pobre y no pudo estudiar, y ahora está casado y tiene tres hijos. Le dice a AsiaNews: "A lo largo de mi vida he cavado las tumbas de al menos 95 personas. Hago todo esto de forma gratuita y están muy contentos con mi trabajo voluntario".

"Un día yo también voy a morir - dice - y por eso me insto a mí mismo para no ser deshonesto, prepotente y no causar dolor a los demás. El consejo que puedo dar a todos es vivir honestamente, porque cuando morimos no podemos llevar nada con nosotros, sino que vamos a dejar todo en la tierra. Todos son iguales en el descanso eterno".

Shibu también dice que el trabajo voluntario que realiza es agotador: "No es fácil cavar un pozo. Para cada tumba se debe extraer casi una tonelada de tierra. A menudo me encuentro incluso con los huesos de los muertos en el cementerio, pero no tengo miedo. Sólo necesito a otra persona que me ayude mientras cavo, porque si la tierra cayera encima mio, correría el riesgo de quedar enterrado vivo".

A pesar del duro trabajo, los vecinos lo recuerdan siempre sonriente: "Él nunca tiene cara triste. Dependemos de él. Lleva una vida muy simple y él mismo tendría necesidad de una ayuda ecnómica".

Shibu concluye diciendo que ayuda a sus parroquianos desde una edad temprana. "Siempre que escuché que alguien necesitaba mi ayuda, - dice - nunca me aparté. Esta ha sido mi vocación. Espero que un día el Señor recompense mi trabajo. Nunca he estado interesado en el éxito, pero traté de ser fiel a Dios con mis acciones".