Cumplidos ya los 75 años, el obispo de Hong Kong, John Tong Hon, al frente de la diócesis desde 2009 pero auxiliar desde 1996, puede anunciar una gran noticia. Este sábado, durante la Vigilia Pascual, recibirán el bautismo 3600 nuevos adultos católicos.

Plan de vida cristiana

Lo anuncia el mismo cardenal Tong en su carta pastoral por el Domingo de Resurrección, que recoge Asia News, donde señala otro "motivo para estar felices y agradecidos": "Cada vez más católicos se están comprometiendo con alegría en la profundización de la doctrina, la Escritura y la teología. De este modo podrán participar en la misión de la Iglesia haciéndose catequistas voluntarios y podrán difundir las semillas del Evangelio con sus palabras y sus acciones. Nuestra diócesis está realmente siguiendo el camino de la Iglesia universal".

Y sugiere un camino de vida cristiana para todos sus fieles: "No debemos olvidar leer la Biblia cada día, recitar nuestras oraciones a la mañana y a la noche, participar en la misa dominical y acercarnos en modo periódico al sacramento de le Reconciliación. Cada uno debería también que pertenecer a una pequeña comunidad de fe, donde los miembros se ayuden unos a otros a vivir la fe".

El obispo de la antigua colonia británica se felicita por poder vivir "en una sociedad libre", donde "diversas instituciones y diversos medios de comunicación pueden nutrir nuestra fe, pueden ayudarnos a profundizarla y gracias a las cuales podemos aprender cómo difundir el Evangelio".

Un párroco humilde y devoto, un laico como los primeros apóstoles

Y aunque en el resto del país, bajo régimen comunista, las dificultades son numerosas, el cardenal Tong señala dos ocurrentes iniciativas evangelizadoras que ha conocido en sus recientes visitas y que demuestran la vitalidad de los católicos a pesar de las persecuciones.

Un joven sacerdote, que "no fue un gran estudiante en el seminario" pero muy "humilde y ferviente", fue destinado a una zona rural en el norte de China. Allí, consciente de sus propias limitaciones como orador -señala el obispo-, dividió a los católicos de su parroquia en dos grupos: "Los neo-bautizados tienen la responsabilidad de invitar a amigos y vecinos no católicos a la iglesia, para acercarlos al catecumenado. Los otros están encargados de enseñar la doctrina católica a los catecúmenos. Mientras tanto, él permanece en una pequeña capilla rezando con mucho fervor hasta la finalización de las clases de catecismo. El resultado es que cada año está bautizando a ¡más de mil nuevos católicos!".

La segunda historia tiene lugar en el noreste del país, donde un católico ha iniciado una campaña misionera sin llevar comida ni dinero. Primero predica el Evangelio y luego pide limosna para comer, y por la noche duerme delante de las puertas de las casas. Su fervor apostólico ha logrado más de mil conversiones, así que cuando llega a una ciudad busca un sacerdote y le pide que le acompañe a sus lugares de origen para bautizarlos. La fama de este hombre se está extendiendo con rapidez, a pesar de que él quería actuar con discreción, por el riesgo que entraña llamar la atención del omnipresente Partido.

Las tres peticiones de Francisco

El cardenal Tong concluye recordando las tres peticiones del Papa a los católicos en el inicio del Año de la Vida Consagrada: "Sed alegres testigos del Evangelio; sed evangelizadores que tienen fe en Dios y llevan adelante y con coraje esta obra; uníos los unos a los otros y tened el corazón de pobres, de modo que el Reino de Dios pronto pueda realizarse en todo el mundo".