Antes de morir, la activista Kayla Jean Mueller, secuestrada desde agosto de 2013 por el Estado Islámico (ISIS), envió una conmovedora carta a su familia, asegurando que “al final lo único que realmente se tiene es a Dios”.

Kayla, nacida en Prescott (Arizona, Estados Unidos), tenía 26 años en el momento de su muerte. Trabajó en diversas organizaciones caritativas en diferentes partes del mundo, en particular en África, América y Medio Oriente.

Viajaba de Aleppo (Siria) a Turquía, como parte de su trabajo de asistencia a los refugiados del Estado Islámico, cuando fue secuestrada por los extremistas musulmanes.

El 10 de enero de este año, el gobierno de Estados Unidos confirmó la muerte de Kayla.

En un comunicado, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó a ISIS como un “grupo terrorista odioso y aborrecible, cuyas acciones están en marcado contraste con el espíritu de las personas como Kayla”.


Al comenzar su carta, Kayla Jean Mueller intenta tranquilizar a su familia: “Estoy en un lugar seguro, completamente ilesa, con salud (de hecho subí de peso); he sido tratada con el máximo respeto + amabilidad”.

“Quería escribiros a todos una carta bien pensada (pero no sabía si mis compañeros de celda se irían en los próximos días o los meses siguientes, restringiendo mi tiempo). Solo podía escribir la carta un párrafo cada vez, solo pensar en todos vosotros me produce un mar de lágrimas”, les indicó.

En su misiva, Kayla recuerda  su madre: “Mamá siempre me decía que en definitiva al final lo único que realmente se tiene es a Dios”.

Me he rendido ante nuestro Creador porque literalmente no había nadie más + Por Dios + Por vuestras oraciones me he sentido tiernamente acunada en la caída libre. Se me ha mostrado, en la oscuridad, la luz”, escribe.



La joven voluntaria asegura: “He aprendido que incluso en la prisión, uno puede ser libre. Estoy agradecida. He llegado a ver que hay algo bueno en cada situación, a veces solo tenemos que buscarlo”.

Rezo cada día para que si de nada más, hayáis sentido una cierta cercanía + os rindáis ante Dios también + hayáis formado lazos de amor + os apoyéis los unos a los otros”.

La joven aseguró a sus familiares: “Os extraño a todos como si hubiera sido una década de separación forzada”.

Además, pidió a su familia que no asuman como un deber las negociaciones por su liberación. “Si hay alguna otra opción tomadla, incluso si demora más tiempo”, les indicó. “Esto nunca debe convertirse en una carga para vosotros”, señaló.

Kayla indicó que “ninguno de nosotros podría haber sabido que sería tanto tiempo, pero sabed que estoy también luchando por mi parte en la forma que soy capaz + tengo mucho de lucha aún dentro de mí”.

No me estoy quebrando + no me rendiré no importa cuánto tiempo tome”, señaló.

Al finalizar su carta, Kayla pide a sus familiares paciencia: “Por favor, sed pacientes, entregad vuestro dolor a Dios. Sé que quisierais que permanezca fuerte. Eso es exactamente lo que estoy haciendo”.

“No temáis por mí, seguid rezando como yo lo haré + por la voluntad de Dios estaremos juntos pronto. Todo mi todo, Kayla”, concluye.