Las tropas yihadistas del Estado Islámico han hecho explotar parte del convento de la Victoria, perteneciente a la orden de las religiosas católicas caldeas del Sagrado Corazón, en un suburbio de Alaraby en Mosul, en el norte de Irak.

La estructura se encuentra frente al monasterio de San Jorge que en la explosión sufrió también graves daños.

Quien refiere de este nuevo ataque contra los símbolos de la comunidad cristiana en la segunda ciudad por importancia del país es la web de noticias cristianas iraquíes Ankawa.com, que difundió también un breve video  (aquí en Ankawa.org) que capta el momento de la deflagración y se ve una imponente columna de humo negro y denso que se formó.

Fuentes locales refieren que los jihadistas han usado por mucho tiempo el monasterio como base logística para sus vehículos, además que alojar a sus militantes y afiliados.

Este martes se tomó la decisión de hacerlo explotar con potentes cargas de explosivo en la base y en la fachada de la estructura. La devastación se realizó en dos fases diversas: parece lo que se buscaba, sobre todo, era destruir la Iglesia y la cruz que estaba en su cima.

De los primeros testimonios emerge que la deflagración causó sólo daños materiales, sin provocar víctimas o heridos.

Los yihadistas habrían advertido a los ciudadanos sobre la inminente explosión, advirtiéndolos que tuviesen la ventanas abiertas para evitar daños a las habitaciones después el desplazamiento del aire.

El monasterio fue construido por el gobierno iraquí en 1984 y las hermanas se prodigaron en el cuidado de las personas más ancianas y de cuántos tuviesen necesidad de cuidados especiales.

No se han confirmado los rumores de que el cercano monasterio de San Jorge hubiera sido también destruido.

Mosul, segundo centro por importancia de Irak, fue la primera ciudad del país en caer en manos de las milicias del Estado islámico. El arzobispo caldeo de Mosul Mons. Emil Shimun Nona fue entre los primeros en avisar del peligro de esta formación: después, cerca de medio millón de personas huyeron a inicios de junio, para no convertirse al islam extremista.