"Voy a dejarlo en manos de Dios", expresó este viernes la joven madre cristiana sudanesa Meriam Ibrahim momentos antes de ingresar con su esposo y sus pequeños Maya, recién nacida, y Martin, de 21 meses, a la embajada de Estados Unidos en Sudán para solicitar refugio.

Así lo confirmó a la CNN su esposo Daniel Wani, ciudadano estadounidense desde hace unos años.

Meriam, de 27 años, fue condenada a muerte tras ser acusada de renunciar al Islam por tres personas que fraudulentamente aseguraron ser sus hermanos y su madre.

La joven asegura ser cristiana, y haber sido criada como tal por su verdadera y fallecida madre, luego de que su padre musulmán las abandonara cuando ella tenía solo 6 años.

Las autoridades islámicas la condenaron además a 100 latigazos por el delito de adulterio, pues su matrimonio con Daniel Wani no es reconocido como tal bajo la ley musulmana.

Tras ser advertida por un religioso musulmán del peligro para su vida y luego de habérsele ofrecido volver al Islam, Meriam aseguró que "soy cristiana y seguiré siendo cristiana".



Luego de varios meses en prisión, el Tribunal de Apelaciones de Jartum en Sudán canceló el lunes pasado la condena a muerte y ordenó su liberación inmediata.

Sin embargo, junto a su familia fue arrestada nuevamente el martes cuando se encontraban en el aeropuerto, acusada de haber falsificado los documentos con los que iban a salir del país.

Debido a la nacionalidad estadounidense del esposo, el departamento de estado de Estados Unidos ha intervenido en el caso. Finalmente Meriam fue liberada bajo fianza.

En declaraciones a la BBC y CNN cuando iba hacia la embajada, Ibrahim no ofreció detalles específicos cuando se le preguntó acerca de su futuro. "Voy a dejarlo en manos de Dios", dijo. "Ni siquiera tuve la oportunidad de ver a mi familia cuando salí de la cárcel".