Afganistán está en estos momentos sin iglesias católicas abiertas tras el cierre debido al coronavirus de la única que estaba abierta, la capilla de la embajada italiana en Kabul.

El padre Giovanni Scalese, sacerdote barnabita y responsable de la Missio sui iuris en Afganistán explica a la agencia Fides que "a finales de febrero envié una comunicación sobre las medidas de precaución para prevenir la propagación de la enfermedad de covid-19. Lamentablemente, el virus ha seguido propagándose. Aunque, gracias a Dios, el contagio en Afganistán no ha alcanzado los niveles de China o Italia, la experiencia de esos países sugiere que no se debe subestimar el peligro del virus. La propagación de los primeros casos en Kabul ha llevado a las autoridades de la Embajada a cerrar el complejo. Por tanto, el lunes 23 de marzo celebré la última misa con las religiosas. Sin embargo, la asistencia a la misa del domingo ya había disminuido significativamente en las últimas semanas, señal de que muchos ya han regresado a sus países”.

"Os invito a rezar todos los días"

El religioso continúa celebrando personalmente la Eucaristía en la iglesia dentro de la Embajada: "No sé si me será posible vivir los ritos de la Semana Santa, porque requieren la participación de los fieles o, al menos, de algunos ministros, pero, en cualquier caso, cada vez que haya la posibilidad de celebrar una santa misa, lo haré".

El padre Scalese exhorta a vivir este tiempo acompañados de una oración personal: “Animo a todos a vivir el propio camino de fe haciendo uso de las celebraciones y los momentos de oración difundidos por los medios de comunicación. Os insto a experimentar este período de prueba en un espíritu de penitencia y reconciliación. Os invito a rezar todos los días la Coronilla de la Divina Misericordia y el Santo Rosario por nosotros mismos, por nuestros seres queridos, por las víctimas del Coronavirus, los trabajadores sanitarios y las autoridades civiles".