Cientos de cristianos asistieron a la Misa del Gallo en la iglesia de Santa Catalina en Belén, adyacente a la basílica de la Natividad, el lugar donde la tradición cree que nació Jesús.

La liturgia estuvo presidida por el Patriarca Latino de Jerusalén, el arzobispo Foual Twal. Además de los católicos de Belén (los ortodoxos celebran la Navidad el 7 de enero), participaron numerosos turistas de todo el mundo y, como es costumbre, también las autoridades del gobierno palestino, el Presidente Mahmoud Abbas y el primer ministro Rami Hamdallah.


Belén, de población árabe y musulmana, con una fuerte minoría cristiana, se encuentra bajo autoridad palestina y aislada del territorio israelí por un enorme muro de hormigón y estrictos controles que dificultan mucho la llegada de cristianos palestinos de otras zonas de Tierra Santa.

Con todo, hasta 50.000 peregrinos (extranjeros o cristianos de Tierra Santa) han llegado a Belén estos días.

También participó una invitada especial: la jefa de la diplomacia exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, insistiendo en la naturaleza “privada” de su viaje, y afirmando que no realizaría reuniones diplomáticas, aunque fue recibida con honores por Mahmoud Abbas.


Israel pone problemas a los peregrinos en ciertos casos.
Por ejemplo, estos días la autoridad israelí prohibió la venida a las celebraciones navideñas en Belén de los ministros de turismo de Túnez y Qatar. Iban a venir con otros dos ministros de turismo: los de Bahrein y Egipto, pero Israel negó la entrada a los ministros de Túnez y Qatar aduciendo que sus gobiernos hablan mal de Israel.

Los responsables de Bahrein y Egipto decidieron cancelar también su viaje. Así, políticos musulmanes de 4 países dejaron de asistir a la misa que celebra el nacimiento de Cristo que motivaba su viaje. Y a los cristianos de Belén, en una economía precaria que depende del turismo, les habría ido muy bien que en esos 4 países se fomentase el turismo a su ciudad.


El Patriarca Latino agradeció la presencia del jefe de Estado palestino, el musulmán Mahmud Abbas (“muchas gracias por venir hoy para celebrar la Navidad con nosotros”) y le aseguró que “oramos por usted y por su misión, para que se pueda encontrar una solución justa y equitativa al conflicto actual, la unidad entre los palestinos, para la paz y la prosperidad de su país".

El arzobispo latino de Tierra Santa relacionó la noche de la Sagrada Familia, dramática al no encontrar posada, con "la larga noche en la que está inmerso nuestro mundo y nuestro Oriente Medio", lamenta.

"Desde este santo lugar recordamos todos los dramas de la humanidad en los cinco continentes: las guerras civiles en África, el tifón en Filipinas, para llegar a la difícil situación de Egipto e Irak y a la tragedia de Siria, sin olvidar nuestros problemas locales".

Ante estas situaciones dolorosas, el Patriarca animó a no desesperar, “porque Jesús Salvador nos anuncia que la paz es posible, que la llama de la esperanza permanece viva, y que la justicia, la paz y la reconciliación vendrán".

El patriarca animó a “mirar a Belén”, el origen de la salvación, porque "en esta noche la promesa divina, cantada por los ángeles, se renueva: ”Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los que ama” (Lc 2, 14)", ha concluido.


Mahmoud Abbas también ha emitido su propio mensaje de Navidad, presentando a Jesucristo, con cierta inexactitud histórica, como un “palestino”.

“En Belén, hace más de 2000 años, nació Jesucristo, un mensajero [o enviado, o apóstol, según la traducción del árabe] que sería una luz de guía para millones en todo el mundo”, explica su mensaje difundido por la Autoridad Palestina.

“Como palestinos que se esfuerzan por lograr su libertad dos milenios después, hacemos lo mejor por seguir su ejemplo”, asegura el mensaje navideño de Abbas.

“Nuestro corazón y oración están con los millones a los que se niega su derecho a orar en su patria. Pensamos en nuestra gente de Gaza, atrapados bajo asedio, y a los que impiden venir a adorar en Belén”.

La prensa israelí, como el Jerusalem Post, ha respondido a Abbas recordando que cuando sus (inestables) aliados de Hamas lograron el gobierno de la franja de Gaza en 2007 había allí 3.000 cristianos y ahora son la mitad.

¿Cuántos en Tierra Santa hacen “lo mejor por seguir el ejemplo” de Jesús, como dice Abbas?