El obispo "oficial" de la diócesis de Hebei publicó recientemente una carta en la que amenaza con privar de los sacramentos a todo aquel sacerdote que no esté registrado. El prelado utiliza así la Guía Pastoral publicada por el Vaticano en 2019 para obligar a unirse a la Asociación Patriótica. Una fuente local comenta a Asia News: "Existe una presión sin precedentes sobre el clero, en una Iglesia que siempre había resistido. En las comunidades reina la confusión".

El obispo oficial de Baoding, Francis An Shuxin, publicó una carta pastoral sobre el registro civil del clero en la diócesis, en la que advierte de que más de 30 sacerdotes distintos han concelebrado con él en los últimos meses. Y cita el Acuerdo Sino-Vaticano de 2018, la Guía Pastoral sobre el Registro Civil del Clero en China, para animar a todo el clero a registrarse oficialmente y a todos los fieles de la diócesis a aceptar al clero registrado.

Fin de los "privilegios especiales"

Los ataques al clero "clandestino" no se quedaron ahí, el prelado amenazó con suspender los sacramentos a los sacerdotes no registrados. Además, subrayó que los privilegios especiales concedidos por la Santa Sede en junio de 1978 a los clérigos no registrados habían sido suprimidos, por lo que las autoridades civiles tratarán a los infractores de acuerdo con la ley y los reglamentos.

Sucesos como el del obispo An se vienen repitiendo durante el último año. La región de Hebei está en el punto de mira, pues las autoridades pretenden llevar a cabo una "transformación forzada" sin precedentes del clero no oficial de la zona.

Para algunos, el Gobierno intenta "transformar" a la fuerza a los sacerdotes clandestinos.

"Además de que se restringen totalmente las libertades (con la supervisión y el encarcelamiento), y la presión física y mental sobre el clero local, otro medio importante ha sido el uso de la Guía Pastoral de la Santa Sede como amenaza. Así, este documento se ha convertido en el arma más poderosa del Gobierno para 'transformar' al clero clandestino bajo la bandera del Vaticano", se recoge en Asia News sobre el testimonio de un ciudadano chino.

La instrumentalización por parte del Gobierno chino de la Guía Pastoral ha tenido muchas reacciones. Algunos estudiosos han publicado artículos en los que analizan y refutan desde una perspectiva teológica y pastoral los hechos, y señalan la ambigüedad y el desconocimiento provocado por las autoridades

Los sacerdotes de Baoding, por ejemplo, conocidos desde hace décadas por su lealtad, terminaron firmando en apenas dos o tres meses lo que antes consideraban "contrario" a su fe, y celebraron la Eucaristía con el obispo An (de la Asociación Patriótica). Hay quien dice, recogen los testimonios, que la orientación pastoral es un arma muy poderosa en manos del Gobierno, porque, incluso, la Iglesia fiel de Baoding, se ha cambiado en masa.

Para muchos sacerdotes se trataba de la primera vez que leían el documento, por lo que lo firmaron siguiendo el espíritu de la Guía Pastoral, y pensando que era la voluntad de la Santa Sede. Sin embargo, "tras firmar sufrieron crisis nerviosas, se arrepintieron y se sintieron muy apenados. Otros en cambio, tras hacerse oficiales, fueron rechazados por sus propios feligreses y tuvieron que volver a casa y aislarse. La consecuencia es que se ha creado un caos sin precedentes en la diócesis de Baoding", concluye otro testimonio.

Acuerdos China-Santa Sede

Los documentos que utiliza el obispo An para exigir a sus sacerdotes que se registren hacen referencia a los acuerdos entre China y el Vaticano del año 2018. En ellos, -cuyo texto exacto es secreto-, los dos estados acordaron pactar los nombramientos de obispos; Roma legitimizó algunas ordenaciones ilegítimas en los dos últimos años y Roma debe evitar ordenaciones clandestinas. En 2020 este acuerdo se prorrogó hasta el 2022. 

Los críticos al acuerdo señalan que durante el tiempo de vigencia, China no ha dejado de perseguir a las comunidades católicas clandestinas, ha encarcelado sacerdotes, mantiene obispos bajo arresto domiciliario, bloquea el acceso a santuarios y peregrinaciones y ha reforzado sus prohibiciones contra toda catequesis a niños y adolescentes. También señalan que Roma ha legitimado la ordenación de algunos obispos claramente indignos, poco piadosos y absolutamente dóciles al control de las autoridades comunistas.