Los obispos de Estados Unidos han alzado la voz para protestar por la demolición de una casa de propiedad del Patriarcado Latino de Jerusalén que tuvo lugar el 28 de octubre a manos de los empleados del municipio de Jerusalén, con la asistencia de las fuerzas de seguridad israelíes.

La intervención tomó la forma de una carta oficial dirigida el 26 de noviembre por Richard Pates - obispo de la diócesis americana de Des Moines, nuevo responsable episcopal de los temas internacionales de Justicia y Paz– a Ron Dermer, recién nombrado embajador israelí en los EEUU.

“Es lamentable”, deplora el Obispo Pates “que nuestro primer contacto advenga en el contexto de protestas, sobre todo en vista del compromiso a largo plazo de la Conferencia Episcopal por un Israel reconocido y seguro”.

En la carta, publicada por los organismos oficiales del Patriarcado Latino y recibida por la Agencia Fides, el obispo Pates pide al diplomático transmitir al gobierno de Israel las “fuertes objeciones” expresadas por él como presidente del organismo conectado al episcopado USA sobre la demolición de la casa donde vivía una familia de 14 personas, ahora “obligada a vivir en tiendas de campaña”.


A principios de noviembre, el Patriarca Latino de Jerusalén Fouad Twal, había visitado el sitio de la demolición, definida por él en esa ocasión “un acto de vandalismo que viola el derecho internacional”.

Durante su visita, añadió el patriarca que “cuando el municipio y el gobierno israelí validan la destrucción y desplazan a las personas de sus hogares, estas prácticas alimentar el odio y socavan las posibilidades de un futuro en paz”.

En la carta firmada por el obispo Pates, el episcopado de Estados Unidos se hace eco de las protestas del Patriarca Twal: “estas acciones”, dice la carta, “violan los derechos humanos y contribuyen a poner en peligro los esfuerzos para encontrar una solución al conflicto palestino-israelí”.


El obispo Pates también anunció que el próximo año se realizará una “peregrinación de los Obispos a Tierra Santa, durante la cual vamos a orar por la paz con los líderes Judios y musulmanes. Pero los esfuerzos en favor de la paz”, remarca el Obispo, “se verán comprometidas si estas acciones continúan”.

La última petición dirigida al embajador Dermer es la de “transmitir nuestra profunda preocupación al gobierno y exigir que se respeten los derechos de propiedad de la Iglesia y que se devuelva todo a la Iglesia y a la familia que fue desalojada