Dinh Nhat, un joven de 30 años, ha cometido en la red social Facebook dos faltas graves para las autoridades comunistas que gobiernan Vietnam: una, pedir la liberación de su hermano preso; dos, criticar el imperialismo chino en el Sureste asiático.

Como castigo, se le condena a 15 meses de cárcel, aunque se aplicará como arresto domiciliario.


Aunque su familia es budista, se relacionan con los religiosos redentoristas, quienes han organizado un encuentro de oración para pedir su liberación y el favor de Dios para su familia, en el que han participado 1.500 personas, incluyendo muchas que no son católicas. 

Un tribunal de la provincia meridional de Long condenó a 15 meses de detención- pena conmutada en arresto domiciliario- al joven activista de 30 años Dinh Nhat Uy.

El veredicto llegó el martes 29 de octubre, al finalizar un proceso rápido, de sólo un día, basado en "la acusación de haber abusado las libertades democráticas" en una red social, al pedir la libertad de su hermano (activista democrático condenado a 4 años de cárcel) y criticar el expansionismo chino. 

De nada sirvieron las campañas de apoyo al joven, promovidas entre otros por grupos católicos que han celebrado misas y oraciones por la familia.


Es la primera vez que Hanoi condena a un ciudadano por un comentario publicado por una red social, en base a una controvertida norma emanada a inicios de agosto (el conocido Decreto 72), de contornos de aplicación poco claros. Queda así confirmada la reputación de nación "enemiga de internet", como hace notar Reporteros Sin Fronteras (Rsf).

En Vietnam los condenados con suspensión de pena están obligados a una especie de restricción personal equivalente al arresto domiciliario, con límites de desplazamientos y frecuentes controles de la policía. El abogado reivindica la total inocencia de su asistido y pidió su inmediata liberación porque es "víctima de una injusticia".

Los jueces han condenado a Dinh Nhat Uy en base del artículo 258 del Código penal, que se refiere a los delitos llamados de "abuso de las libertades democráticas, contra los intereses del estado". Puede costar hasta 7 años de prisión.

En el exterior del tribunal un grupo de simpatizantes entonaban cánticos y consignas, pidiendo la liberación del joven, bajo el atento ojo de las fuerzas de seguridad que controlaba todo movimiento.


El 24 de octubre, la madre de los dos activistas vietnamitas, Ngueyen Thi Kim Lien, escribió una carta dirigida al pueblo vietnamita, a las agencias internacionales presentes en territorio vietnamita y a organizaciones de derechos humanos, para ayudar en la causa de sus hijos.

Algunos días más tarde, el 27 -la familia- de fe budista- se dirigieron a los padre redentoristas de Saigón, que han promovido un momento de oración, y más que por la libertad de los dos, piden que el Parlamento vietnamita pueda ser iluminado en la elaboración de una "Nueva Constitución".