Jamás una guerra en las últimas décadas había generado tantos desplazados: la guerra en Siria ha causado que 6 millones de personas dejen sus hogares, y a menudo todas sus posesiones, y que muchas de ellas se concentren en campos de desplazados en el mismo país o de refugiados, en los países limítrofes. 

Se acerca el invierno y las condiciones serán muy duras para ellos.

Las entidades católicas se han implicado en la ayuda a los damnificados, cristianos o no, desde el inicio de la contienda en 2011. El cardenal Sarah, presidente del Pontificio Consejo Cor Unum, visitó la zona a principios de verano y el 9 de octubre el Consejo ofrecía algunos datos:

- hay 55 entidades católicas locales trabajando directamente sobre el terreno
- 32 instituciones católicas internacionales apoyan con recursos, personal o donativos
- las ayudas católicas están llegando a 20 localidades sirias distintas
- también se ayuda a la multitud inmensa de refugiados en Líbano, Jornadia, Turquía, Irak, Chipre y Egipto
- en total, las entidades católicas ya han asignado 72 millones de dólares a estos proyectos de ayuda

Ahora, el Pontificio Consejo Cor Unum anuncia que el trabajo de todas estas asociaciones, de origen y estilo muy diverso, estará coordinado desde Beirut por Cáritas de Oriente Medio, que tiene allí su sede, en Líbano, el país de la zona con mayor porcentaje de población cristiana, lengua nativa árabe y amplia libertad religiosa.



Esta centralización es necesaria para "la coordinación de las informaciones sobre las ayudas humanitarias ofrecidas por Iglesia católica, con el objetivo de evitar la dispersión de los esfuerzos cumplidos y la falta de un enfoque homogéneo", señala un comunicado de Cor Unum.

La nota detalla también que el Papa Francisco ha seguido con cercanía particular y atención el desarrollo de la crisis y la obra de asistencia realizada por las agencias caritativas, que fueron recibidas en audiencia por el Santo Padre durante un encuentro organizado por el Consejo Pontificio Cor Unum.

"Ayudar la población siria, más allá de las pertenencias étnicas o religiosas -dijo en aquella ocasión el Papa- es la forma más directa para ofrecer una contribución a la pacificación y a la edificación de una sociedad abierta a todos los distintos componentes".

Hasta ahora, señala la nota, faltaba mucha información sobre dónde y cómo se podía ayudar mejor, y las ayudas llegaban a veces de formas esporáicas, en algún caso con repeticiones. Al centralizarse en una oficina, la información será mejor y la eficacia de las ayudas se optimizará.

Vea AQUÍ en Flickr un álbum de fotos del trabajo de Cáritas en Jordania, Turquía, Líbano y Siria con los refugiados.