El padre José Morales pertenece a la congregación de los Padres Blancos. Tiene 68 años y ha vivido en Malí desde los 25, hasta ser nombrado provincial en España.

En declaraciones a José Ángel Gutiérrez, en Hispanidad.com, ha explicado la situación que viven los cristianos en el país en este momento y qué le parece la intervención francesa contra los yihadistas llegados de fuera para hacerse con el país.

“Si Francia no hubiera intervenido, actualmente estarían los yihadistas en Bamako (la capital) y hubieran destruido todo lo que es cristiano y tradicional; y estarían ya cortando manos e imponiendo la Sharia, y al mismo tiempo, un sistema de droga”, afirma.


Este misionero no oculta su alivio por la llegada de los franceses a Malí: “Con todas las personas que he estado hablando me dicen que ha sido una liberación, ha respirado cuando han visto que los franceses han entrado. A mí no me gustan las intervenciones extranjeras, pero ciertamente Francia ha tenido la valentía de hacer lo que los demás no están haciendo porque tienen miedo a represalias, como Argelia o España”.

“Los franceses, que tienen varios rehenes, han tenido el valor de decir, ante esa situación, que no podemos dejar que esto se pudra y un país que ha sido el oasis en el África occidental de entendimiento entre todas las etnias, de la noche a la mañana eso se vaya al carajo por una invasión religiosa radical”.

“Ante esa invasión radical religiosa, que haya una invasión política de derechos humanos para cortar la cosa yo lo veo muy bien”. “Si yo hubiera estado allí, me habría alegrado muchísimo por mi vida”.


El padre Morales ha contado que estuvo hablando anoche con el obispo de esa diócesis y le decía que “en la ciudad de Yabalí, los yihadistas habían destruido la iglesia y estaban buscando al catequista -porque no hay sacerdotes en esa pequeña ciudad- para matarlo”.

El misionero español ha insistido en que si los yihadistas hubiesen tomado el aeropuerto del norte, donde las tropas francesas pueden desembarcar, “hubiera estado todo perdido y no hubiera podido haber ninguna intervención para reconquistar el país”.

“El Malí es tan grande como Francia, Bélgica y España juntas. Y ya hemos perdido el equivalente a Francia y Bélgica en manos de los yihadistas”. “Ahora hay que recuperar el Malí de siempre, el tradicional”, ha afirmado.


También ha explicado cómo utilizan la droga estos grupos yihadistas: “La droga que viene de América, de Colombia, pasa hacia Europa por ahí”. “Ellos trafican con droga para conseguir dinero y luego armas”.

Respecto a su experiencia como misionero durante más de 40 años en el país, ha contado que ha existido siempre un gran entendimiento entre musulmanes y cristianos, sin ningún problema de convivencia entre ambas religiones: “En El Malí hemos tenido siempre una relación muy buena con los musulmanes. Hemos sido una minoría (el 2%) y nos hemos integrado” en el país.

“Cuando es la fiesta musulmana nos invitan a comer en sus casas y cuando es la fiesta católica se les invita a ellos a que vengan a casa”.


“Tanto los cristianos como los musulmanes llevan en sus raíces la tradición”. “Algunos viven el cristianismo mejor y para otros es una pintura; y lo mismo el Islam: para unos es una pintura y otros lo llevan por dentro”.

Su labor humanitaria en el país la han llevado a cabo y organizado siempre conjuntamente con los musulmanes, “para no ponerlos aparte. Y eso ha hecho que hayamos tenido unas relaciones muy buenas”.

“No es la primera vez que habiendo muerto un musulmán por la noche, a primera hora de la mañana vienen a decírnoslo antes de misa para pedirnos que recemos por el fallecido musulmán”.

Es más, “somos muy amigos del imán de la gran mezquita de Bamako: él me telefonea aquí en Navidad, yo le telefoneo en la fiesta del Cordero, el Ramadán, etc”.