Por la mañana del sábado 14 de diciembre, el cardenal Velasio De Paolis, delegado pontificio para la Legión de Cristo, ordenó sacerdotes a 44 legionarios de Cristo. La misa de ordenación tuvo lugar en la Basílica de San Juan de Letrán. Los 44 nuevos sacerdotes proceden de doce diferentes países: México (15), Estados Unidos (11), Brasil (6), Italia (3), España (2), y uno de Chile, Colombia, Inglaterra, Polonia, Puerto Rico, Rumania y Venezuela.

«¡Estamos de fiesta! Hoy es un día importante para todos nosotros», señaló el Cardenal De Paolis al inicio de la homilía. Y continuó: «El Señor hace un gran don a la Iglesia a través de la Congregación de los Legionarios de Cristo. Hoy es la ordenación sacerdotal de un buen grupo de jóvenes. Tenemos necesidad de los sacerdotes porque tenemos necesidad de Cristo, el sumo y eterno sacerdote que Dios nos ha dado para nuestra redención y nuestra salvación».

Sobre el significado de estos 44 nuevos sacerdotes en la historia reciente de la Legión de Cristo, el Cardenal quiso dedicar unas palabras claras, directas, llenas de esperanza y confianza en la gracia al concluir la homilía: “Ustedes, queridos jóvenes, son miembros de la Legión de Cristo, una congregación religiosa que ha tenido que enfrentar un momento muy difícil de su propia historia. Esta historia ha sido marcada por el pecado, el desaliento, incluso por el desánimo y la humillación. Como dice san Pablo, han sido atribulados por todas partes, pero han caminado y seguido adelante. No han perdido el ánimo. Han perseverado en su vocación. Han creído en Aquél que los ha llamado. Han creído en la gracia. Para la gracia, todo es posible. Su vida, su consagración sacerdotal hoy se convierten en un testimonio de la gracia que perdona, renueva, crea un corazón nuevo, conforta, da esperanza y los llena de la seguridad que da la certeza del amor divino", concluyó el cardenal.

Los 44 nuevos sacerdotes tienen entre 29 y 41 años. Diecinueve iniciaron su discernimiento vocacional y formación en los centros vocacionales de la Legión de Cristo. El resto ingresó directamente al noviciado después de concluir el bachillerato, durante el período universitario o tras una experiencia laboral.