Cuando los portugueses llegaron a la India en el siglo XV descubrieron asombrados que allí vivían, desde tiempos inmemoriales, cristianos de extrañas costumbres y liturgia muy diferente a la latina. Decían ser descendientes de la predicación de Santo Tomás en el siglo I. El desencuentro fue importante: los misioneros europeos intentaron "latinizar" a los cristianos indios y durante siglos la relación fue distante o, directamente, nefasta.

Poco podían ellos imaginar que en un futuro año 2012, un Papa alemán, Benedicto XVI, nombraría cardenal de la Iglesia romana a un arzobispo indio de rito siríaco, Mar Baselios Cleemis, "katolikós" de la Iglesia Católica Siro-Malankar, que con 53 años será el cardenal más joven del mundo.

De hecho, hoy en la India hay dos Iglesias católicas, unidas a Roma, de rito oriental. Y, con el nuevo nombramiento, las dos estárán encabezadas por un cardenal. La mayor es la Iglesia Siro-Malabar, de rito sirio o antioqueno del este. Tienen sus propias diócesis reconocidas por Roma desde 1887, suman casi 4 millones de fieles y hoy cuenta con 28 diócesis en la India y una en Estados Unidos. La encabeza el arzobispo Georges Alencherry, que ya fue creado cardenal en el reciente consistorio de febrero de 2012.

Ahora, al designar a Baselios Cleemis como cardenal, el Papa recompensa a su "hermana pequeña", la Iglesia Siro-Malankar, de rito sirio o antioqueno del oeste. Esta Iglesia nació en 1930, cuando el arzobispo siro-ortodoxo Mar Ivanios y el obispo siro-ortodoxo Mar Teófilos recitaron la profesión de fe católica y entraron en plena comunión con la Iglesia Católica. Les acompañarían en esos primeros pasos apenas un puñado de fieles y religiosos con un gran ansia de reforma espiritual y de unidad.

En 1932, el Papa Pío XI reestablecía oficialmente la jerarquía de rito siro-malankar, con sus costumbres, y erigía dos diócesis siro-malankares en la India: la archieparquía de Trivandrum y la eparquía vecina de Tiruvalla. El esfuerzo de reunificación empezó a interesar a algunos jerarcas siro-ortodoxos. En 1937 se unió a la Iglesia Católica malankar el obispo ortodoxo Mar Severios. Y en 1939, el metropolita Mar Dioscoros. Con ellos llegaban algunos fieles más.

Lo impresionante de la historia católico-malankar es que en apenas 80 años, aquel pequeño grupo de fieles ha crecido hasta alcanzar los 420.000 fieles (Annuario Pontificio 2012), con más de 500 sacerdotes, 1.200 religiosos y religiosas, 8 diócesis en la India y una en Estados Unidos.

Combinando una natalidad fuerte, un espíritu misionero y una demografía ligada a la emigración, se han extendido por la India, por el Occidente anglohablante y el Golfo Pérsico.

En el norte de la India, lejos de su Kerala natal, los siromalankares mantienen 40 parroquias. En las Islas Británicas, parroquias misioneras en 6 ciudades y centros locales en otras 10. En Italia trabajan y estudian 30 sacerdotes siromalankares y están presentes sus religiosas en 9 comunidades. En Estados Unidos, donde empezó su itinerario como obispo el actual cardenal electo Mar Baselios, hay una quincena de parroquias y comunidades en ocho estados distintos.

En el Golfo Pérsico, donde abundan los inmigrantes indios (hindúes en su mayoría), hay hoy 13 comunidades en Bahrein, Kuwait, Oman, Emiratos Árabes y una parroquia en Qatar, que suman unos 15.000 fieles. Mantienen comunidades también en Alemania, Suiza y Canadá.

Los siromalankares pueden celebrar su liturgia de rito siríaco en varios idiomas: inglés, lenguas de la India (tamil, hindi, malalayam) o siríaco (es decir, arameo, la lengua de Jesucristo). La Biblia que usan es la Biblia "peshitta", en lengua siríaca, o traducciones de ésta al inglés y a las lenguas indias.

En Occidente, cuando Benedicto XVI creó los ordinariatos en Inglaterra, EEUU y Australia para acoger a los católicos de tradición anglicana, manteniendo aspectos de su liturgia y herencia, muchos señalaron su pequeño tamaño: en dos o tres años han atraído a siete obispos, algunas docenas de sacerdotes y un par de miles de fieles ex-anglicanos. Pero la experiencia de los siro-malankares en pleno siglo XX demuestra que una comunidad que nace pequeña, puede crecer mucho si se dan las condiciones apropiadas.

Hoy, esta Iglesia se sabe minoritaria allí donde esté: en la India abrumadoramente pagana, en el Golfo islámico, en el Occidente descreído, protestante o latino acomodado, y mantiene un enfoque misionero. Siente, además, un llamado especial a reforzar la fraternidad con "los otros siromalankares", los cristianos ortodoxos de Kerala de rito sirio occidental, que no aceptan la Primacía del Papa, y que suman unos 3 millones de personas.