El diario francés Le Figaro recoge de la agencia Anatolia unas declaraciones del jefe del gobierno turco, Recep Tayyip Erdogan, que destacan por su claridad. Prácticamente ningún otro político en el cargo se pronuncia de forma tan tajante: "Soy un primer ministro que considera el aborto como un asesinato. Nadie debería tener el derecho a autorizarlo. No hay ninguna diferencia en que mates al bebé en el vientre de su madre o que lo mates después de su nacimiento", afirma.

En Turquíe el aborto es legal durante las diez primeras semanas de embarazo. A diferencia de las legislaciones europeas, que lo consideran un asunto exclusivamente de la madre, allí es obligatorio el consentimiento del marido en caso de que la mujer esté casada.

Erdogan ha pedido a las mujeres turcas que tengan al menos tres hijos, para mantener el ritmo de crecimiento demográfico que le convertiría, en caso de incorporarse a la Unión Europea, en el país más poblado de la misma... y en manos de islamistas tras la radicalización misma de Erdogan en los últimos años.