Vuelven tiempos difíciles para las relaciones entre China y el Vaticano. Pekín ha nombrado y ordenado un nuevo obispo sin la autorización del Vaticano. Se trata del sacerdote Paul Lei Shiyin. Los funcionarios de la Iglesia Patriótica lo ordenaron obispo de Leshan en un día muy simbólico para Roma, el 29 de junio, fiesta de San Pedro y San Pablo.

Muchos lo ven como un desafío explícito al Vaticano. También porque han anunciado que planean ordenar a otros 40 obispos con o sin la aprobación del Papa.

Aparentemente, el nuevo obispo solicitó personalmente permiso al Vaticano. En declaraciones a la agencia UCA News aseguró que no podía seguir esperando la respuesta porque “hay que considerar la supervivencia de la Iglesia y trabajar de acuerdo a la realidad”. La decisión es polémica porque fuentes locales aseguran que el nuevo obispo tiene un hijo.

Unas 1.000 personas asistieron a la ceremonia aunque no está claro si fueron coaccionadas por las autoridades. Habitualmente, los sacerdotes y obispos fieles al Vaticano son amenazados si se niegan a participar en ceremonias de la Iglesia patriótica china.

Según la ley de la Iglesia, si un sacerdote se ordena sin el permiso del Papa, queda automáticamente excomulgado.